Aprovechemos esta crisis como una gran oportunidad.
Usted como experto ambiental y en RSE y sabiendo que siempre hay un día después; ¿cómo cree que debería ser una reconstrucción sostenible en lo ambiental, social y económico?
Sin duda la situación del COVID- 19 nos ha obligado a tener un repensamiento en la relación que tenemos con las personas, con el dinero, y con el ambiente. Creo que más que nunca, estamos transitando del foco de la responsabilidad social en las empresas y las organizaciones, al foco de la “responsabilidad social personal”.
Hoy más que nunca cada uno de nosotros debe de ser socialmente responsable y construir de lo personal, a lo familiar, a la comunidad, al municipio, al estado, la región y al mundo.
Sin duda, esta contingencia le ha dado un respiro a los impactos negativos en materia ambiental, resultado de la operación cotidiana de nuestros centros urbanos, por lo que en lo ambiental hemos visto una disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero en materia de transporte, en materia de producción. También la fauna local ha tenido la oportunidad de disfrutar nuestros parques, corredores biológicos y áreas verdes, debido a la ausencia de personas en esos espacios públicos. Por mencionar algunos.
En lo social estamos viviendo una reflexión profunda y estamos priorizando ¿cuál es el verdadero sentido de nuestras vidas? y eso se va a ver reflejado en el modo de actuar de las personas y de las comunidades una vez que logremos superar la contingencia epidemiológica esperemos que la integración a la vida cotidiana y a la economía sea lo más tersa posible, sin disturbios y levantamientos sociales.
Sin embargo, creo que el área donde requerirá la mayor atención, creatividad y muestras de solidaridad y responsabilidad social será la dimensión económica. Muchos negocios tendrán que cerrar y su reactivación será paulatina, el poder adquisitivo de las personas que no tuvieron continuidad laboral se verá disminuido y esto obliga a que en sociedad hagamos un esfuerzo para reinventarnos. Hemos visto caer los precios del petróleo y tener un tipo de cambio muy inestable, por ello creo que el foco de atención tendrá que estar en la dimensión económica y en la dimensión social.
Parecería que lo ambiental, más allá de deteriorarse en la situación actual, es el pilar más beneficiado, menos contaminación, la naturaleza ha ocupado sus viejos lugares en algunos lados, cómo debería gestionarse en el futuro este equilibrio dinámico?
La emergencia del coronavirus nos está dejando grandes aprendizajes, la manera en que hemos reaccionado ante esta situación es la misma manera que debiéramos estar reaccionando para el cambio climático y la pérdida de biodiversidad; para la contaminación del agua; la pérdida del hábitat; la acidificación de los océanos y los grandes temas ambientales que hemos estado alimentando y haciendo crecer sin poner un alto como lo estamos haciendo para la pandemia mundial que actualmente estamos viviendo. Sin duda, veremos una mejora ambiental pero en el momento que la gente salga de sus hogares probablemente la pérdida de empleos formales se traduzca en un impacto mayor en la caza, en la pesca; y en la extracción directa de productos naturales; incluso en la venta de fauna; en la tala de árboles; en la apropiación de recursos minerales.
Considero qué debemos transitar a una relación más armónica con la naturaleza aprendiendo de la situación que estamos viviendo hoy en día. Si continúa el calentamiento global, de manera directa seguirá el deshielo de los glaciares y de los casquetes polares y esto aumentará el nivel del mar y si tenemos un aumento de un metro del nivel medio del mar el 70% de los centros urbanos de este planeta se verán amenazados.
La Florida quedará bajo el agua, no se diga de los Países Bajos, de las ciudades que están cercanas a los ríos también sufrirán grandes inundaciones y sobre todo pérdida de la infraestructura, no solo urbana nuestras calles, alumbrado, drenaje. Sino agropecuaria nuestros campos de cultivo, los sitios de producción ganadera, avícola, porcícola, bovina.
Es por ello qué debemos de aprender de esta gran lección y reaccionar de manera preventiva para evitar que lo que por método científico sabemos qué ocurrirá con el cambio climático pueda ser detenido y en la medida de las posibilidades, pueda empezar a ser revertido.
Los otros dos pilares el económico y el social, deberán reconstruirse bajo la misma lógica ¿o es hora de cambiar de una vez?
Sin duda es hora de cambiar de una vez, éste es el momento, nos ha llegado la hora, no es un tema opcional es un tema donde debemos de establecer una Nueva Economía a partir de los principios de la economía circular. Revertir el consumismo general productos duraderos, generar apego a las cosas y por supuesto reducir, reciclar, rehusar, y mantener las materias primas que tenemos en los centros urbanos en un constante ciclo a partir de las cadenas de suministro y de las cadenas de valor.
Debemos de reestructurar nuestro transporte, la mayoría de los autos particulares se encuentran estacionados el 70% de su vida útil ya sea fuera de nuestros hogares o fuera del trabajo esperando que terminen nuestra jornada laboral. Debemos de dar empleabilidad a todas las personas y probablemente lo mejor será a partir de huertos urbanos, en donde podamos cultivar frutas y verduras, vegetales, granos y generar comercios comunitarios, comercios locales, con eso se disminuirá considerablemente la huella de carbón y las emisiones de gases de efecto invernadero, no sólo por el CO2 del transporte de los alimentos a la ciudad, sino también por la disminución de fertilizantes nitrogenados que también se traducen en emisiones de gases de efecto invernadero. También veremos un beneficio en la disminución de pesticidas ya que estos policultivos distribuidos en nuestros centros urbanos son el mejor antídoto para la expansión de vectores nocivos que consumen nuestras cosechas de manera exponencial.
En lo social, sin duda tendremos que ser más incluyentes, más colaborativos, las estructuras organizacionales piramidales podrían ser más horizontales y los perfiles de puestos deberán de ser orientados a las habilidades y a la misión que busquen las personas de esa forma su trabajo será más entusiasta más enriquecedor también necesitamos trabajar en nuestra parte emocional y espiritual para lograr valores como la solidaridad la subsidiariedad, el bien común, en el encuentro con el otro.
Aprovechemos esta crisis como una gran oportunidad, una oportunidad que no debemos dejar pasar y así poder trascender como la generación que históricamente tuvo la capacidad de generar nuevos modelos, de generar el cambio, de generar un nuevo status quo, de manera individual, entre las personas, entre las naciones, y lograr eso que sea venido construyendo en el terreno intelectual y académico,” la aldea global” una aldea global que permita satisfacer las necesidades de todas las personas y sobre todo una vida plena y feliz.
Miguel Angel Santinelli.
Doctorado en Administración Pública, Maestría en Estrategia de Negocios y Administración Ambiental en la Universidad de Bradford, Reino Unido, Licenciado en Ecología. Actualmente se desempeña como Director de la Facultad de Responsabilidad Social, ha sido Coordinador Académico del Doctorado en Innovación y Responsabilidad Social en la Universidad Anáhuac. Asesor de la Presidencia de la Comisión Especial sobre Cambio Climático, Cámara de Diputados, LXI Legislatura. 10 años como auditor líder certificado por la IRCA para las normas internacionales: ISO 9001, ISO 14001, SA8000. Secretario Técnico de la Comisión de Turismo de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, VI Legislatura.