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El derrumbe de nuestro sistema económico-social-ambiental, concentrador de riquezas y creador de desigualdad.

Usted que está permanentemente en la línea de fuego y sabiendo que siempre hay un día después; ¿cómo cree que debería ser una reconstrucción sostenible en lo ambiental, social y económico?

En un contexto de Pandemia Global donde vemos cuarentenas e interrupciones en las actividades en buena parte del mundo, donde se cierran las fronteras y la actividad económica ha comenzado a detenerse, por ejemplo, en los EEUU ya son 3.200.000 los parados; aunque no contamos con estimaciones oficiales que estimen las pérdidas netas sabemos que van a ser inconmensurables y de largo plazo.

Es que esta tragedia es la demostración de que el mundo de hoy no siempre es dueño de las consecuencias de sus actos, sino que ni siquiera podemos siguiendo el viejo paradigma, dominar del todo la significación de estos actos.

Con todo, sabemos que habrá “un día después” en dónde, desde un nuevo paradigma, más colectivo, transversal e inclusivo deberemos reconstruir desde los escombros la economía, la sociedad y el ambiente.

Las lecciones aprendidas en las trincheras de la guerra del Coronavirus nos obligan a desenvolvernos como una orquesta de Jazz, es decir, escribir la partitura mientras tocamos, creando modelos de reconstrucción de triple impacto, pero con la característica de que sean prácticos teóricos, por ende, que se implementen y desde la realidad se teoricen para su réplica, adaptación y escalamiento.

Estas metodologías devenidas en Programas, como nuestro “Programa Entrelazos” que actualmente estamos aplicando, deberían aportar herramientas prácticas para crear ecosistemas sustentables que impacten e  integren a la “acción” a varios grupos de interés a la vez: Gobiernos – Multinacionales – PyMEs – Bancos – Organizaciones Sociales – Cooperativas – ONG – Fundaciones y Organismos Multilaterales para  que desde las interdisciplinas e interacciones impacten en el “corto Plazo” de los  territorios en tres ejes: la gestión del conocimiento con el fin de que el conocimiento no se pierda y que se capitalicen las experiencias – El encadenamiento productivo descubriendo nichos en la cadena de valor donde integrar a los grupos de interés para aportar cada uno su valor y Los Objetivos de Desarrollo Sostenible: los 17 Objetivos de Naciones Unidas como buenas prácticas generalmente aceptadas en todo el globo.

Estos modelos deben tener dos condiciones clave para constituirse como plataformas de reconstrucción sostenibles: alta materialidad, es decir alto impacto en la econoforma, socioforma y ecoforma. Y un tiempo corto de implementación en la realidad que depende no solo de la coordinación sino también y fundamentalmente de la sincronización de recursos, personas e innovaciones sociales.

Parecería que lo ambiental, más allá de deteriorarse en la situación actual, es el pilar más beneficiado, menos contaminación, la naturaleza ha ocupado sus viejos lugares en algunos lados, ¿cómo debería gestionarse en el futuro este equilibrio dinámico?

Parecería que la ecología, la economía y la sociología tendrían que converger en la conclusión que nuestro futuro depende de los principios de colaboración y cooperación para preservar nuestra “casa Común” se impongan sobre el individualismo, la lucha por las riquezas y la competencia.

Que estos principios estén basados en un sistema dialógico y constructivo esencialmente, entender que la vida es simbiótica y que la biósfera es común a todos.

La habilidad para hacernos responsables de lo que generamos en la naturaleza, la observación humilde en las lecciones aprendidas y la generación de capacidades racionales innovadoras con foco en un ecoparadigma serán clave para gestionar desde nuevos principios los equilibrios dinámicos entre la economía – la naturaleza y la calidad de vida de la gente.

Los otros dos pilares el económico y el social, deberán reconstruirse bajo la misma lógica ¿o es hora de cambiar de una vez 

La pobre respuesta a la pandemia global deja en manifiesto que el sistema económico social concentrador de riquezas y creador de desigualdades que reinó hasta la actualidad está agotado y no es una herramienta recomendable para los tiempos que se avecinan, Albert Einstein nos legó un pensamiento que, si bien se repite, no se internaliza en la cultura global que fue:

Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes.

La demostración del fracaso de las recetas económicas y sociales que han dominado el mundo durante los últimos 50 años, hoy perimidas, nos dan la oportunidad de repensar, rediscutir y rediseñar absolutamente “todo”; poniendo la vida en primer lugar y no solo las ganancias.

Las plataformas de reconstrucción sostenibles ponen en primer lugar la pregunta ¿para qué?, el “Propósito”, tanto económico como social de gobiernos, empresas, sindicatos, organismos multilaterales etc.

Por ejemplo, la empresa que quería ser la mejor empresa “del” mundo tendrá que ser la mejor empresa “para” el mundo en este nuevo paradigma.

El nuevo “capital social” dependerá del grado que las comunidades compartan valores y normas capaces de subordinar los intereses individuales a los sociales, generando confianza mutua, hoy el bien más escaso del planeta. Quizás los sociólogos de estas nuevas épocas consideren más avanzadas a las sociedades con mayor grado de confianza mutua, cooperación y ética que a las que poseen el PBI más abultado, quizás los consumidores pasarán a llamarse ciudadanos responsables y la salud del mercado bursátil ya no sea un indicador de fortaleza económica general y esta medida sea que los ciudadanos tengan 100% acceso al agua limpia y saneamiento como plantea el ODS 6.

En esta tarea de rediseñar el futuro con herramientas disruptivas tienen particular responsabilidad los líderes políticos, económicos y sociales, hoy parecería que como ocurriera en el “pasado” los líderes parecen empeñados en primar los intereses de ciertas minorías desafiando la frase de Einstein y frenando los lazos cooperativos que las sociedades deben generar desde las plataformas de reconstrucción de triple impacto, hoy la vida no es lucha, es diálogo, simbiosis y solidaridad y estos nuevos principios que ya vemos en las trincheras de la guerra del Coronavirus en una multitud de ejemplos heroicos,  se destacan como una tendencia inquebrantable donde se enlazan las acciones del ser humano con los modelos de reconstrucción del día después que juntos subyuguemos a la pandemia.

 


Santiago Malvicino.

Contador Público (UBA) – Maestría en Desarrollo Sustentable (Cátedra UNESCO- UNLa – FLACAM -)- Director de Empresas Certificado (IGEP) – Postgrado Especialista en Gestión de Pymes (UBA) – Postgrado en Administración y Planeamiento Estratégico (UBA) – Consultor en Desarrollo Sustentable UNOPS- Programa MCH- Ministerio de Obras Públicas Argentina – Coordinador Ejecutivo de “ENTRELAZOS ARGENTINA” Programa de Innovación Social y Sustentabilidad -Consultor en Desarrollo Sustentable y Gestión del Conocimiento (Banco Interamericano de Desarrollo Guatemala)- Consultor  Gestión del Conocimiento en Mundo Cuervo (José Cuervo – México)- Consultor en Sustentabilidad y Gestión del Conocimiento (Visión Mundial Centroamérica).

 

4 Comments

  1. eduardo Cassullo

    muy bueno. Lo distribuyo entre los docentes, empresarios y alumnos del PROGRAMA DE GESTION DE LA INNOVACION. “Entre lazos” marca un camino que vale la pena recorrer, ahora mas que nunca

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    • Tequila Inteligente

      Muchas gracias Eduardo por compartirnos tu opinión, agradecemos tu colaboración para lograr ciudades y ciudadanos más inteligentes.

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    • Santiago

      Muchas Gracias Eduardo, sigamos trabajando con Modelos Innovadores que enfoquen en lo Colectivo, lo Transversal y lo Inclusivo! Abrazo

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  2. Santiago Malvicino

    Gracias Eduardo, sigamos trabajando en modelos de innovación social colectivos, transversales e inclusivos! Abrazo!

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