Cuando el distanciamiento social pone en jaque el espacio público.
Publicado por BID. Ver publicación original aquí.
No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde.
Nunca antes en nuestras vidas hemos extrañado tanto los simples momentos cotidianos de sentarnos en un banco para observar la plaza, saludar al vecino en la calle o jugar con los niños y niñas en el parque. Esta pretensión de espacios comunes en tiempos de aislamiento físico se manifiesta en intervenciones de ciudadanos y ciudadanas desde los balcones de sus viviendas, como las canciones de vecinos en ciudades de Italia que se hicieron viral.
Desde el principio de este año, las personas a nivel mundial se retiraron de la vida urbana para tomar distintas medidas de aislamiento físico, la cuales se consideran hasta el momento como la mejor forma de evitar la propagación de la pandemia mundial COVID19. Estas medidas pasaron desde restricciones ligadas con la movilidad, hasta lockdowns parciales o totales de ciudades. Un dato: solamente durante el mes de abril 2020 el 20% de la población mundial está bajo lockdown total. Mientras tanto, los espacios públicos del planeta se encuentran despoblados, recordando a ciudades fantasmas. Como “sustitutos digitales”, surgen cada día mas plataformas que permiten visitar parques, bibliotecas, museos y otros espacios comunes del mundo en formato virtual desde la casa.
Mientras que en los centros urbanos de América Latina y el Caribe se pueden observar significativos descensos de la congestión de tráfico motorizado a partir del mes de marzo 2020, se hizo evidente la congestión peatonal en las aceras, lo que imposibilita cumplir con las recomendaciones de distanciamiento físico. En reacción, muchas ciudades a nivel mundial tomaron medidas innovadoras para priorizar la movilidad a escala humana, cerraron calles al trafico motorizado, dando prioridad al peatón y ciclista. Por ejemplo, Bogotá expandió su programa de ciclovías en 585 kilómetros mediante una red temporal que funcionará durante la emergencia sanitaria. Otras ciudades como Milán tienen planes para escalar los aprendizajes de la crisis a
Sin duda, hay luz al final del túnel y llegará el momento que volveremos a los espacios públicos de nuestras ciudades. De momento, podemos observar este proceso en países de Europa que están reactivando su vida urbana con distintas estrategias. Se hace evidente que en estos primeros pasos se requieren restricciones al comportamiento en espacios públicos para evitar acumulaciones de personas y mantener así el distanciamiento físico. Pero, en forma paralela, comienzan a surgir muchas preguntas sobre nuestros espacio públicos y comunes: ¿cómo cambiará nuestra forma de interactuar, trabajar, estudiar y practicar el ocio?; ¿cómo recuperaremos la confianza de las personas en la vida urbana y comunitaria?; ¿cómo reactivaremos los espacios comunes mientras se mantiene el distanciamiento físico?; ¿cómo nos imaginamos lo público y lo común del futuro?.
Bajo este marco de interrogantes sobre el espacio público en el contexto del coronavirus, Placemaking Latinoamérica Buenos Aires 2020 invita a reflexionar de forma colectiva sobre escenarios futuros de la vida urbana a partir de la disrupción causada por la crisis sanitaria del COVID-19. Y qué mejor que discutir estas preguntas con referentes en prácticas colaborativas que impactan en el territorio y en la comunidad: los placemakers. El movimiento Placemaking Latinoamérica nace en el 2016 con el propósito de mejorar los espacios comunes de las ciudades a escala humana con procesos colectivos. Hoy esta red tiene más de 1.000 miembros de ciudadanos activos, grupos de base, profesionales y activistas; quienes se juntan anualmente: 2017 en Chile, 2018 en México, 2019 en Perú, y 2020… Buenos Aires virtual.
La 4º edición del Encuentro Placemaking Latinoamérica se llevó a cabo este 24 y 25 de abril de 2020 de forma virtual, para repensar y resignificar la co-construcción de la ciudad a partir de la actual crisis sanitaria global. Organizado desde la Ciudad de Buenos Aires como ciudad anfitriona en su edición 2020, el Encuentro Placemaking Latinoamérica fué transmitido en vivo para todo el mundo en ciudadescomunes.org. Es una oportunidad única para reflexionar y participar de sesiones plenarias, sesiones paralelas temáticas, presentaciones de proyectos e instancias de trabajo en red; junto a expositores internacionales de los ámbitos públicos, privados, académicos y sociales.
Como en cada edición, el Encuentro Placemaking Latinoamérica 2020 es abierto y gratuito. Invita a participar a todas personas del mundo involucradas en la co-construcción de los entornos cotidianos: profesionales y ciudadanos interesados en el conocimiento e intercambio. La programación es variada en cuanto a las temáticas y las dinámicas, con más de 40 expositores referentes mundiales en los siguientes ejes temáticos:
- Ciudad inclusiva: co-diseño del espacio y procesos ciudadanos; activación y activismo urbano; ciudad inclusiva y feminista, identidad y cultura.
- Gobierno abierto: tecnologías cívicas y plataformas de participación; accountability, observatorios y transparencia; proyectos liderados por comunidades.
- Desarrollo regenerativo: crisis climática y ecológica; resiliencia; regeneración ambiental; ambiente sano.
- Laboratorios cívicos: pensamiento en red, activación de redes y comunidades; experimentación e innovación pública; metodologías de co-diseño.
- Hábitat y justicia social: hábitat y vivienda; gentrificación; derecho a la ciudad y justicia social.
- Post-domesticidades: feminismos e interdependencia; ecologismos y ecodependencia; espacios comunes y convivencia.
Para cerrar cada jornada, a partir de las 20hs, se propone Espacio Común, un espacio de resumen con las conclusiones y aportes del día, reflexiones en conjunto, fomentando así el encuentro y networking. Estos espacios se encuentran también abiertos durante y después del congreso, invitando a conocerse, debatir, compartir e intercambiar experiencias, ideas y propuestas sobre cómo continuar este movimiento y red. Finalmente, tuvo lugar Dentrofuera. Se trata de un proyecto cultural de activaciones urbanas en tiempos de cuarentena y aislamiento social. Una acción que busca unir a vecinos y vecinas de América Latina y el Caribe a través de contenidos culturales en un mismo tiempo y espacio.