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La movilidad no es el tráfico.

La movilidad no es el tráfico.

Photo by Mike Chai from Pexels

Por Federico de Arteaga.

Latinoamérica es África, Asia y Europa a la vez.

Félix Guattari.

¿Qué hace la movilidad, para qué es importante?

Para lo básico.

Para tener la libertad de moverse por donde uno quiera, de la forma que quiera, en la ciudad que quiera.

Cuando se habla de movilidad se asume que se habla del tráfico, de los autos, de los camiones. Sin embargo, en un sentido amplio, es realmente cualquier cosa que se mueva. Se le llama movilidad al conjunto de desplazamientos que se realizan en un espacio físico, donde se incluyen los transportes privados y públicos, así como de personas y mercancías. Por ejemplo, en un aeropuerto se pueden mover hasta 450,000 personas en un día, y en ese mismo espacio se dan varias de las formas de la movilidad: autos que llegan, taxis, camiones, gente con maletas que entran y salen a tiendas, maletas en cintas transportadoras, gente en sillas de ruedas, autos eléctricos para pasajeros que van de una puerta a otra, trenes que van de una terminal a otra y espacios para fumadores, entre otros.

Tanto los automóviles como las bicicletas y las motos se consideran parte fundamental de la movilidad que hay en una ciudad, porque son los vehículos que trasladan a las personas de un lado a otro.  El objetivo es lograr la accesibilidad; esto es, facilitar el tránsito entre los lugares para que sea más sencillo y seguro el arribo a cada uno de los destinos de los actores.

Por otra parte, está otro aspecto de la movilidad que es la “caminabilidad”, siendo ésta una medida de cuán amigable es el área para andar a pie. La accesibilidad peatonal tiene beneficios para la salud, así como para el ambiente y la economía.

Ricardo de Vecchi en su artículo Caminabilidad y ciclovías: opciones para mejorar la sostenibilidad de nuestras ciudades[1] analiza para Xalapa, México, los factores que inciden en la creación de un corredor de espacios públicos que lleven a convertir esa ciudad en un espacio más humano y caminable, amigable también con el ciclista. Analiza, pues, la movilidad no motorizada en la ciudad.

Movilidad es también conectar las zonas más activas con las menos y las pobres con las ricas, por medio de teleféricos, que conectan la ciudad informal con el centro urbano.  No hay que olvidarse de que, por fortuna, no todo es formal y planificado en una ciudad: hay espacios informales en la vida de las personas, en su adueñarse de la ciudad.

Y esto vale para tanto los residentes como para los turistas.

De no analizarse la movilidad en un amplio sentido, se corre el riesgo de estallar la turismofobia[2] (para los residentes) y una especie de agorafobia[3] (para los turistas).

Un place-making: contribuir a que se pueda lograr en el tiempo y en un espacio compartido que hace de una ciudad un lugar de convivencia y no de resistencia.


[1] http://blogs.iadb.org/ciudades-sostenibles/es/caminabilidad-y-ciclovias/

[2] Se entiende que la turismofobia es el resultado de una reacción negativa de los vecinos de un lugar a las llegadas de turistas masivas y el efecto negativo que su llegada puede traer en cuanto a ruido, basura y aglomeraciones.

[3] La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que tienes miedo a los lugares o las situaciones que podrían causarte pánico y hacerte sentir atrapado, indefenso o avergonzado, por lo que evitas este tipo de lugares o situaciones. Le temes a una situación real o anticipada, como usar el transporte público, estar en espacios abiertos o cerrados, hacer una fila o estar en una multitud.

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