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Ciudadanía digital y socialización

Ciudadanía digital y socialización

«En una serie de artículos, se publicarán fragmentos del Libro Tequila Inteligente, contando la experiencia de Tequila como Ciudad y Destino Inteligente.»

No puede haber civilización sin ciudades, pero hay ciudades sin civilización.
Saul Bellow

Las sociedades y las comunidades tienen estados de ánimo. Las revoluciones, Anonymous, el Grito de Independencia y los goles en los estadios son formas de demostrar esos estados de ánimo; aunque, no siempre con educación ni civismo.

Cuando se trata de potenciar cambios y agentes de cambio como en  Tequila, lo primero es la educación y, concomitantemente, la generación de ciudadanía a través del civismo. Y el civismo tiene una nueva área: la digital; el
comportamiento en Internet.

No es un tema técnico de cómo usar las redes, sino de gestionar el impacto de la tecnología que se utiliza de manera creciente cada día y la cantidad de información que se comparte en línea en todo momento, la cual es fundamental para formar ciudadanos inteligentes.

Al navegar, se adquieren derechos y obligaciones, por lo que es necesario hacerlos conscientes de ello para que sean buenos ciudadanos digitales y aprendan a navegar en Internet de manera segura y responsable desarrollando su pensamiento crítico, protegiendo su información personal e incorporando buenos hábitos de privacidad.

El uso adecuado de la tecnología ayuda al ciudadano a aprender, explorar y respetar la privacidad de los demás.
La adopción de prácticas sencillas e inteligentes, como crear buenas contraseñas, autentificaciones, escoger
amigos, configuración de privacidad para decidir qué información compartir de manera pública en los perfiles, diferenciar entre redes públicas o privadas de Wifi y sitios seguros, entre otras cosas, evitan el ciberacoso, el bullying, el drama digital y otras tendencias negativas que se dan exponencialmente, sobre todo entre jóvenes. Estas buenas prácticas brindarán una experiencia positiva en Internet, puesto que es un entorno público y de dominio público.

Todo lo que se comparte es de acceso colectivo y toda actividad deja huella digital. Un ciudadano digital debe tener conciencia y pensamiento crítico para diferenciar entre información falsa y real, y cuestionarse antes de difundirla para no caer en engaños o tendencias maliciosas como el famoso juego «ballena azul», que afectó a tantos niños y
adolescentes alrededor del mundo. El ciudadano digital, además, conoce las herramientas que le ayudan a diferenciar situaciones y saber lo que realmente sucede para no participar en la difusión de información falsa, como fue el caso del sismo del 19 de septiembre de 2017 en México, donde cantidad de personas compartían y hacían viral información falsa sobre réplicas, gente necesitada y atrapada, y más desastres, ocasionando pánico entre la gente o simplemente desviando la ayuda de lugares donde si se necesitaba.

Para que las comunidades sean un espacio de civilidad, deben elegirse los valores a defender y, como decía Giovanni Sartori, «el que declara que todos los valores son equivalentes en realidad no tiene valores».

La civilidad digital, por su parte, es una nueva extensión de un viejo concepto casi perdido y nuevamente bienvenido.
Esta es la nueva forma de pensar y educar al ciudadano inteligente y es una responsabilidad asumida en Tequila, la
cual ha buscado implementar soluciones que apoyen desde la base a través de programas como Google for Education, con expertos que rindan herramientas para tangibilizar los conceptos expresados.

Google for Education facilita la compatibilización de habilidades digitales con una metodología que permite, a partir de las necesidades priorizadas por la propia comunidad, relevada y documentada por los propios participantes, redundar en dos resultados clave: socialización y alternativas de solución a través de proyectos.

Esta iniciativa de Grupo JB, en alianza con Google, se ha conceptualizado como un proyecto piloto en una comunidad de 200 niños de todas las escuelas de Tequila, con edades de 7 a 18 años, y sus padres, buscando su
replicación en el destino, una vez esté consolidado.

¿Cómo se estructura el proyecto?
Aula(s) Digital(es) Google

Las Aulas Digitales utilizarán las herramientas del ecosistema Google para la educación y contribuirán a aumentar el
alfabetismo digital, potenciar las habilidades del siglo XXI y fortalecer la ciudadanía digital entre los niños, jóvenes y adultos.

Para ello, se les ha dotado de Chromebooks, soluciones y aplicaciones de Google, expertos en comunicación digital, proyectos y metodología. Su objetivo es desarrollar habilidades digitales que construyen ciudadanía digital y pensamiento innovador en una sociedad del conocimiento.

El involucramiento participativo en los talleres a niños y adultos permitirá establecer soluciones para Tequila desde su comunidad, lo cual servirá para que se conviertan en agentes de cambio en un camino de innovación constante.

La puesta en práctica de estos proyectos de solución creados por cada niño contribuirá a la socialización de lo inteligente no tecnológico con su gente, acercando al niño, al adulto y a otros niños a la tecnología y sus beneficios.

A través de la creación y equipamiento de un aula de innovación para la comunidad, se busca fomentar el impulso de propuestas que busquen la mejora de su estilo de vida y la de su comunidad.

El coworking o la generación de soluciones desde Tequila para Tequila

Uno de los aspectos más importantes en una Ciudad Inteligente es su conceptualización desde la base, desde la gente implicada en las soluciones.

No se trata solamente de contemplar soluciones locales, ya que algunas han superado la curva de aprendizaje, otras se han implantado y otras son gratuitas o permiten economías de escala y no se pueden descartar. La estrategia
seguida en el proyecto contempla que, a partir de plataformas integradoras, deben generarse aplicaciones locales que contemplen las necesidades que la misma gente identifica y prioriza, y que contribuyan a solucionar alguno de
los muchos desafíos que tiene Tequila como Pueblo Mágico.

Para ello, se han realizado alianzas con el Tecnológico de Tequila, donde se están diseñando tres aplicaciones referidas a gobierno electrónico, servicios públicos y estacionamientos; y con la Secretaría de Innovación del Gobierno de Jalisco, con la cual, a través del «Reto Tequila» en el evento denominado Campus Party, se está generando una plataforma integradora que permite la incorporación de las apps que se vayan diseñando y una interfaz que conecta funcionalmente los sistemas, programas, dispositivos o componentes que facilitan el almacenamiento y consulta de datos generados, análisis e indicadores de los mismos para la toma de decisiones, creación de modelos de prevención y de negocio. «El desarrollo económico no es la capacidad de consumir, es la capacidad de hacer», expresa César Hidalgo en su libro El triunfo de la información. De ahí que, en Tequila, no es la app en sí misma lo que se busca, sino la capacidad de poder hacer apps.

 


El libro Tequila Inteligente es el storytelling de un proyecto y de una realidad. Una experiencia concreta: la de Tequila, en su camino a convertirse en un Pueblo Mágico Inteligente en 2020 y en una Ciudad Inteligente en 2040. La lógica inicial, las decisiones tomadas y sus aprendizajes, asimismo, la visión de expertos internacionales, a veces crítica, a veces futurista, a veces entusiasta, se han dado encuentro en este libro. Expertos que han participado de una forma u otra en el proceso, se enmarcan en la experiencia internacional e interpretan el fenómeno de las Ciudades Inteligentes, validando acciones y decisiones y brindando señales, señalando riesgos y brindando opciones. De igual forma, se ha entrevistado a un variado número de tomadores de decisiones en relación con Tequila, para dar su visión de un tema que ha venido para quedarse de una manera u otra en nuestro Pueblo Mágico.

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