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Las certificaciones en los destinos son clave.

Las certificaciones en los destinos son clave.

Desde su perspectiva de experto en Turismo.

¿Porqué es importante ser un Destino Turístico Inteligente certificado? Qué casos de éxito puede destacar en México y Europa?

Los destinos turísticos inteligentes (DTI) son sin duda un modelo de desarrollo al cual la gran mayoría de los destinos turísticos debieran aspirar, ya sea por que son destinos que han alcanzado una madurez turística (como se planteo originalmente en el diseño de los DTIs, son el paso natural para evitar el declive e iniciar un rejuvenecimiento) o por ser una guía que sienta las bases de cómo serán los destinos turísticos en el futuro.

Contar con una certificación tienes dos vertientes importantes; la primera es que permite a los destinos realmente establecer los diagnósticos, planes de acción, medidas de coordinación entre otras cosas que permitan ser evaluados desde un punto de vista objetivo y transparente por un tercero que avale el proceso e implementación de las aspectos necesarios para convertirse en un destinos turísticos inteligentes; como segunda vertiente, de manera tangencial pero no menos importante, contar con una certificación permite tener una herramienta de promoción adicional del propio destino permitiéndole contar con un elemento diferenciador sobre la competencia.

Cabe hacer mención de la importancia del propio ente certificador pues debe ser reconocido por su probidad y profesionalismo cualidades que podrían transferirse al destino evaluado que cumpla con los criterios que se establecen, pero por el contrario una certificación emitida por un ente que no cuenta con las validaciones técnicas y profesionales o incluso si su reputación es mala, no tendría el efecto positivo que se busca de desarrollo o promoción y por ende sería inútil.

¿Cree usted que puede ser un diferenciador a la hora que el turista seleccione su lugar de vacaciones? ¿Porqué?

Como se concluyó en la respuesta anterior, sin duda en el corto plazo puede ser un diferenciador e incluso permitirle al propio turista discriminar y elegir al destino por sus cualidades de DTI. Sin embargo, en la medida que transcurra el tiempo y/o mas destinos incursionen por el camino de desarrollo de destinos turísticos inteligentes, este certificado se transformará de ser un diferenciador a un requisito (“must”) para que los turistas elijan al destino.

En todo caso, ya sea como un mecanismo diferenciador o su eventual transformación a condiciones necesarias requeridas para la toma de decisiones de los turistas, el certificarse es una apuesta correcta para el desarrollo de los destinos que buscan prevalecer en el futuro.

El reto de incursionar en modelos novedosos sin duda es poder transmitir al mercado justamente el significado de su esencia, en este caso, ser un DTI y por ende sacar la ventaja a través de la mercadotecnia y promoción del destino. Otro aspecto relevante es que las certificaciones reducen el costo para los turistas de poder obtener lo que se ofrece, es decir un destino certificado deberá siempre cumplir con las condiciones de un DTI y por consecuencia no hay decepción del turista.

La complicación del argumento es más evidente cuando lo que se certifica es un modelo de desarrollo que tiene implicaciones tan complejas y diversas como la sustentabilidad del destino (medioambiental, económica y social), el uso de la tecnología e innovación y mecanismos de coordinación interna, esta mezcla no es sencilla de comunicar.

Usted como Director de la facultad de Turismo de la Anáhuac, ¿qué espacio cree que ocuparán los Destinos Turístico inteligentes?

Los DTI, como se mencionó son el paso natural que debieran seguir destinos maduros para poder revertir el declive del ciclo turístico y las preferencias del consumido, dándole una alternativa de rejuvenecer y/o desarrollarse al destino. Sin duda en los años por venir estaremos viendo mucho más estudios e inclusive programas académicos que involucren a los DTI y sus componentes, tampoco descarto que las propias licenciaturas en turismo y afines incorporen en sus planes materia de estudio específicas sobre los DTI.

Sin duda habrá modelos de desarrollo turístico que surgirán con el tiempo pero todos contemplarán de alguna u otra formas las características y elementos que componen a los DTI.

Hoy en día se vive una circunstancia especial para el turismo provocada por la pandemia del COVID 19, que nos ha dejado lecciones importantes, como poder reflexionar de manera colectiva desde el confinamiento, en particular dos aspectos fundamentales han surgido: el re pensamiento del hombre y sus relaciones humanas como centro de la actividad (la falta de contacto nos recuerda la importancia de la familia, amigos, etc.) y por otro lado, la reflexión sobre la importancia de la sustentabilidad y en particular los aspectos medioambientales.

Este tipo de crisis pareciera que se presentaran con más frecuencia en el futuro si no se cambian los paradigmas de producción y consumo que hemos llevado en la actualidad. De ahí la importancia de reflexionar y tomar medidas como la implementación de modelos como el de los destinos turísticos inteligentes para aspirar a un mejor turismo y futuro.

Por todo lo anterior, modelos y certificaciones como los DTI son más relevantes que nunca.


José Ángel Díaz Rebolledo nació en el estado de Michoacán.

Es Maestro en Ciencias, por la University of Birminham, de Inglaterra. Se tituló como Licenciado en Economía, en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.

Su formación económica le permitió ocupar diversos cargos en instituciones como el Banco de México, el Banco de Pagos Internacionales y fondos de desarrollo. De igual modo, laboró en la Secretaría de Turismo de Michoacán.

Durante la administración federal pasada, ocupó el cargo de Director General de Gestión de Destinos de la Secretaría de Turismo, SECTUR, donde dio fuerte impulso al programa de Pueblos Mágicos.

También se desempeñó como Director de Desarrollo de Empresas Turísticas de la Secretaría de Turismo de Michoacán.

En el ámbito académico se desempeñó como director del Centro de Investigación del Tecnológico de Monterrey con trabajos sobre el índice de competitividad de los destinos turísticos en México y perfil del turista.

Recientemente, fue Director general adjunto del Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (FOCIR) del Gobierno Federal. 

A partir del primero de enero de este 2020, es el Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac México.  

 

 

 

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