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La ciudad interior

La ciudad interior

Publicado por Mexico Business News. Ver publicación original aquí. Por Dr. Federico de Arteaga. Líder del Proyecto Destino Turístico Inteligente Tequila y Vicepresidente de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de Iberoamérica.

¿Dónde está la ciudad? ¿Está en la abstracción de los planificadores, urbanistas, arquitectos y teóricos?

¿Hasta qué punto son las ciudades que se nombran, las ciudades que son? ¿Hasta qué punto es la Ciudad de México la ciudad imaginada por los turistas que la visitan o la que experimentan quienes viven en sus afueras e invierten dos horas de su tiempo para llegar al trabajo? ¿Es la suma de clichés difundidos en redes sociales, guías turísticas o medios de comunicación?

¿Es la ciudad el nuevo paradigma tecnológico o el genérico del que habla Rem Koolhas? ¿Es clásica, musulmana, medieval? Cada ciudad tiene una historia, una vocación, su propia cultura y habitantes que la nutren. Las ciudades han sido revisadas por pensadores, como Jacobs, Mumford, Glaeser, Sudjic, Gehry, Sennett o Niemeyer, con diferentes perspectivas, desde la polis griega.

En el siglo XXI, las economías están integradas y se atraen o repelen entre sí según la geografía, la infraestructura, la mentalidad digital, los puertos y las redes de información, en una tensión permanente entre la ciudad posible y viable. La ciudad está en las personas que la viven, que hacen, sueñan, construyen, le dan una escala humana, la digitalizan, la organizan, hacen negocios, se educan, forman su capital social y su cultura en un entorno que cada vez determina más su forma de crecimiento.

Es la convergencia de las partes que trabajan para generar estrategias que trasciendan y agreguen valor a la calidad de vida de sus habitantes y sean agentes de cambio para las próximas generaciones. No todo en la ciudad es cualitativo o cuantitativo; se puede medir, comparar y tener indicadores para gestionar el sistema urbano. Existe un volumen intangible de atributos, como nuevas formas de gobierno, acuerdos tácitos o la experiencia individual de cada persona, que funcionan dinámicamente, dando vida a los que se pueden dimensionar a través del análisis urbano, capacidad de carga, demografía, turismo y Producto Interno Bruto (el 80 por ciento ya se produce en las ciudades). En cuanto a las directrices globales para la neutralidad de CO2 para 2050 (la carrera hacia el «cero»), gobiernan las agendas de los países alineados con este objetivo, que atraviesa industrias interminables y actividades económicas de los involucrados.

Ciudad interior

Entonces, ¿cuál será la medida del potencial de cada ciudad? ¿Qué contribuyen las ciudades al país en términos de cultura, seguridad institucional o resiliencia? ¿Qué las hace deseables? En la primera mitad de este siglo, el juego estará dominado por ciudades de tamaño mediano, no grandes metrópolis. Estamos en América Latina, un sistema de municipios, de ciudades pequeñas y medianas. Las personas navegan la tensión entre diferentes visiones y lecturas, entre lo tecnológico y lo no tecnológico, entre la gobernanza y una ciudadanía ansiosa de participar, con herramientas de transparencia gubernamental y garantías que quizás nunca estuvieron disponibles antes. Esa trayectoria determinará la importancia de ver la ciudad por lo que es: un sistema complejo en relación con otros sistemas.

¿Dónde está la ciudad? Tal vez no está en ninguna parte, sino en lo que hacen mujeres y hombres, que la viven, la sueñan, la construyen, le dan escala humana, la digitalizan, la ordenan, hacen negocios, se educan, construyen capital social y crean cultura en un entorno natural que busca un lugar.

 

 

 

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