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La ciudad interior

La ciudad interior

Publicado por Mexico Business News. Ver publicación original aquí.

¿Dónde está la ciudad? ¿Está en la abstracción de planificadores, urbanistas, arquitectos y teóricos?

¿En qué medida las ciudades que se nombran son las ciudades que son?, ¿en qué medida la Ciudad de México es la ciudad imaginada por los turistas que la visitan o la que viven quienes viven en sus afueras e invierten dos horas de su tiempo para ir a trabajar?, ¿es la suma de clichés difundidos en redes sociales, guías turísticas o medios de comunicación?, ¿es la ciudad el nuevo paradigma tecnológico o el genérico del que habla Rem Koolhas?, ¿es clásica, musulmana, medieval? Cada ciudad tiene una historia, una vocación, una cultura propia y habitantes que la nutren. Las ciudades han sido revisadas por pensadores, como Jacobs, Mumford, Glaeser, Sudjic, Gehry, Sennett o Niemeyer, con diferentes perspectivas, desde las polis griegas.

En el siglo XXI, las economías se integran y se atraen o repelen en función de la geografía, la infraestructura, la mentalidad digital, el puerto y las redes de información, en permanente tensión entre la ciudad posible y la viable. La ciudad está en las personas que la viven, hacen, sueñan, construyen, le dan escala humana, la digitalizan, la organizan, hacen negocios, se educan, forman su capital social y su cultura en un entorno que determina cada vez más su forma de crecimiento. Es la convergencia de los partidos que trabajan para generar estrategias que trascienden y agregan valor a la calidad de vida de sus habitantes y son agentes de cambio para las próximas generaciones. 

No todo en la ciudad es cualitativo o cuantitativo; se puede medir, comparar y tener indicadores para gestionar la ciudad-sistema. Hay un volumen intangible de atributos, como las nuevas formas de gobierno, los acuerdos tácitos, o la experiencia individual de cada persona, que funcionan dinámicamente, dando vida a las que se pueden dimensionar a través del análisis urbanístico, la capacidad de carga, la demografía, el turismo y el Producto Interno Bruto (el 80 por ciento ya se produce en las ciudades). En cuanto a los lineamientos globales para la neutralidad de CO2 al 2050 (la carrera hacia el “cero”), rigen las agendas de los países alineados con este objetivo, que atraviesa un sinfín de industrias y actividades económicas de los involucrados.

Entonces, ¿cuál será la medida del potencial de cada ciudad?, ¿qué aportan las ciudades al país en términos de cultura, seguridad institucional o resiliencia?, ¿qué los hace deseables? En la primera mitad de este siglo, el juego estará dominado por ciudades medianas, no por grandes metrópolis. Estamos en América Latina, un sistema de municipios, de ciudades pequeñas y medianas. La gente navega en la tensión, entre diferentes visiones y lecturas, entre lo tecnológico y lo no tecnológico, entre la gobernabilidad y una ciudadanía ávida de participar, con herramientas y garantías de transparencia gubernamental que quizás nunca antes estuvieron disponibles. Esa trayectoria determinará la importancia de ver la ciudad como lo que es: un sistema complejo en relación con otros sistemas.

¿Dónde está la ciudad? Tal vez no esté en ninguna parte sino en lo que hacen las mujeres y los hombres, que lo viven, lo sueñan, lo construyen, le dan escala humana, lo digitalizan, lo ordenan, hacen negocios, se educan, construyen capital social y crean cultura en un entorno natural que busca un lugar.

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