La diferenciación de un Destino Turístico Inteligente.
Usted a ha conocido Tequila en su camino a ser un Destino Turístico Inteligente Seguro y en su camino a la Sostenibilidad, ¿qué destacaría de esa estrategia?
Tequila fue el primer destino en América en adoptar la estrategia de convertirse en un Destino Turístico Inteligente, siguiendo la metodología de SEGITTUR desarrollada en España y validada luego por la Unión Europea, la OCDE, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Mundial del Turismo (Naciones Unidas).
Destacaría la valentía en acometer un proyecto así y la visión de haber entendido que el futuro de las ciudades y destinos es “data driven”. Sin datos, la gobernanza, la seguridad y la sostenibilidad de los territorios y empresas se hace a ciegas. Hoy en día la tecnología nos permite entender y valorar en cada momento en qué punto nos encontramos y rectificar de manera muy ágil y eficiente en caso de que haya alguna desviación en el camino.
¿Cuáles serían los próximos pasos para seguir siendo consistente?
Un destino inteligente lo es en relación con el conocimiento que maneje. Hoy en día hay identificados más de 400 indicadores dentro de un Destino Inteligente, todos relacionados con la Sostenibilidad del destino (social, medioambiental, cultural y económica), con la Accesibilidad, la Innovación en la gestión, el uso de la tecnología y la gobernanza. Todos los destinos tienen que ir evolucionando su propio sistema de inteligencia para cubrir, medir y analizar estos indicadores, priorizando aquellos que les resulten más importantes en la consecución de sus objetivos.
¿Cómo ve a futuro los temas de Bonos de Carbono en el desarrollo turístico?
El turista que surge de la pandemia de Covid19 es mucho más exigente con el entorno en el que pasa sus vacaciones y más consciente de su propio impacto en ellos. Esto obliga a desarrollar un modelo turístico cada día más sostenible para todos.
Por otro lado, la clase política es cada vez más consciente de ello. La Unión Europea ha decidido reducir en un 50% sus emisiones en 2030. Una meta difícil, pero alcanzable. Y los gobiernos de todo el mundo seguirán este ejemplo en los próximos años. Así que los primeros, liderarán estos desarrollos en el futuro.
Debemos actuar defendiendo acciones vinculadas a la gestión y valorización de residuos en zonas turísticas, reduciendo el impacto medioambiental negativo, creando biometano de los residuos orgánicos, dinamizando mercados de CO2 para lograr su medición, reducción y compensación local, sensorizando el entorno para que los datos nos informen de cómo es la situación en cada momento…
La creación de mercados locales de Bonos de Carbono generará un impacto positivo en los destinos y será un elemento diferenciador con respecto a los que no lo tengan. Primero, porque el turista premiará a aquellos destinos “neutrales en carbono”, sobre todo si les permiten compensar personalmente su propia huella de carbono generada en el viaje. Segundo, porque la creación del mercado de emisiones local de CO2 potenciará la reducción de emisiones de las empresas, aumentará la inversión en un ecosistema de empresas “verdes” y se generarán muchos proyectos que funcionen como “sumideros de CO2”. Con esto, ganamos todos.
Antonio López de Avila
CEO, Tourism Data Driven Solutions (TDDS)
Presidente de SEGITTUR (2012-2017)
Hola Antonio, enhorabuena por iniciativas como esta, marcando el camino.
Saludo cordial