Las telco ante la transición ecológica: silicio, renovables y desmaterialización.
Publicado por Think big / Empresas. Ver publicación original aquí.
La transición ecológica y la transformación digital son los dos temas fundamentales de nuestro tiempo, por los que probablemente se nos juzgará en los libros de historia. A las operadoras de telecomunicaciones se las ve sobre todo en la transición digital, pero también tienen un papel fundamental en la energética.
En primer lugar, la banda ultraancha representa un cambio para su modelo productivo comparable al del coche eléctrico en el sector del automóvil. En segundo lugar, como grandes consumidoras de electricidad, las telco reducen y transforman su consumo para hacerlo sostenible. Finalmente, ayudan a los clientes a “desmaterializar” todo lo que hacen, con un impacto indirecto fundamental para la descarbonización.
Banda ultraancha
La transición a banda ultraancha es una de las transformaciones de modelo de negocio más radicales que está acometiendo cualquier sector. Y su impacto en términos de la transición ecológica va a ser absolutamente fundamental.
Fibra, virtualización y 5G
Por un lado está el paso del cobre a la fibra. Precisamente Telefónica es el operador con la mayor red de fibra óptica FTTH de Europa y acaba de ser galardonada en la categoría mejor red en los Broadband Awards.
Se trata de un cambio cualitativo con unas mejoras de sostenibilidad muy importantes. La clave es que la fibra es una tecnología pasiva, es decir, usa luz en lugar de electricidad, mientras que el cobre es una tecnología activa, basada en la electricidad. Ese cambio reduce el consumo radicalmente. Además, una tecnología pasiva tiene también menos averías, lo cual induce menos consumo indirecto. También contribuye que el servicio a través de la fibra se puede ofrecer con una fracción del equipamiento necesario para el cobre en la central, lo cual representa de nuevo menos energía.
Por otro lado está la virtualización y digitalización de toda la red. Ello permite usar menos equipos y evita numerosos desplazamientos relacionados con la manipulación de los mismos. Esto también supone una reducción muy importante del consumo: tanto el directo de los equipos como el indirecto del aire acondicionado, la potencia para alimentarlos y los desplazamientos físicos de los técnicos para su mantenimiento.
Finalmente está 5G. Uno de sus parámetros clave es la reducción del consumo energético de los equipos. Los suministradores tecnológicos serán capaces de ofrecer muchos más datos a los clientes con un consumo energético mucho menor.
En resumen, la banda ultraancha va a permitir ofrecer muchísimas más prestaciones y calidad a los clientes, a la vez que se reduce la huella ambiental de manera radical. Un ejemplo clarísimo de una industria que se transforma en la dirección correcta es la emisión del primer bono verde del sector por parte de Telefónica.
Energías renovables
A pesar de la reducción de consumo energético tan importante que va a suponer la banda ultraancha las telco todavía tendrán un uso importante. Después de todo, operan una infraestructura crítica para el país que prácticamente todas las personas y empresas utilizan 24×7. Para minimizar su impacto se están utilizando las energías renovables.
La mayoría del sector está embarcado en pasar a fuentes energéticas totalmente sostenibles. En el caso de Telefónica en países como España, Reino Unido o Alemania ya son cien por cien renovables. Esto se consigue gracias a una combinación de autogeneración y compra de energía renovable a terceros.
Contribución a la descarbonización de la economía
Conseguir que el sector telco no emita Co2 es un gran logro pero quizá lo más importante sea su potencial contribución al resto de la economía, su capacidad para lograr reducir las emisiones del resto de sectores. A ello debemos aspirar. La descarbonización tiene muchas posibles vertientes y es complicado medirla, así que me referiré a cinco ejemplos concretos.
Conectividad. La conectividad ha desmaterializado completamente el envío de información. Las personas pueden comunicarse y las empresas pueden intercambiar información sin necesidad de papeles ni desplazamientos. Es algo que ya damos por hecho, pero no hace tanto aún utilizábamos el fax y había mensajeros recorriendo las calles con documentos que entregar…
Videoconferencia y realidad virtual. El siguiente paso es eliminar la necesidad de los desplazamientos físicos. Por supuesto, muchas veces serán necesarios para ver a los seres queridos o para construir relaciones fuertes en el ámbito empresarial. Sin embargo, muchos de los que se producen en la actualidad se podrían sustituir por las capacidades de interacción que ofrecen la videoconferencia, que gana terreno, o la realidad virtual, cuyo impacto todavía estamos adivinando.
Automatización y control a través de IoT en el hogar. Los dispositivos conectados permiten hacer mucho más eficientes muchos de los consumos del hogar: desde el termostato a las luces, pasando por los contadores, el impacto solo está empezando.
Ciudades y edificios inteligentes. Una parte muy importante de los consumos de energía y las emisiones proceden de las ciudades y los edificios. La posibilidad de conectar todos los elementos de una ciudad y un edificio permite una gestión muchísimo más granular y efectiva de los consumos. Las farolas conectadas son solo un ejemplo, pero el número de aplicaciones de la conectividad, IoT y la inteligencia artificial en estros entornos está en pleno crecimiento.
Factorías conectadas y más eficientes
Industria y agricultura 4.0. Finalmente, la conectividad está transformando los procesos productivos en todos los sectores de todo el mundo. El concepto de campus privado permite conectar y digitalizar toda la cadena productiva, con una reducción drástica de las emisiones. Por ejemplo, Telefónica Empresas es el socio de Daimler para crear sus nuevas factorías conectadas con un impacto muy importante en el consumo de recursos en el modelo productivo. La semana que viene sin ir más lejos impulsa una nueva edición del Congreso de Industria conectada 4.0, el nuevo modelo productivo en el que la eficiencia y la sostenibilidad son pilares clave.
En resumen, el sector telco tiene que contribuir al éxito de la transición digital y la energética. No solo se trata de que sus redes sean neutras respecto a sus emisiones, sino en ir más allá y tener un impacto muy positivo al ayudar a empresas y personas a reducir significativamente sus emisiones. Es el camino que Telefónica está recorriendo con éxito.