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Tequila con las bases firmes para emprender el camino | Entrevista a José Decúrnex

Tequila con las bases firmes para emprender el camino | Entrevista a José Decúrnex

«Fragmentos del Libro Tequila Inteligente, relato de su experiencia como Ciudad y Destino Inteligente.»

«Encontré en el proyecto Tequila Inteligente las características fundamentales que sientan las bases para asegurar su éxito».

José Decúrnex. Expresidente de IBM México (2003-2008) e impulsor del proyecto Tequila Inteligente.

 

A su entender, ¿cuáles fueron los factores clave para que IBM se interesara en participar en este proyecto apoyando a Tequila en su estrategia a largo plazo?

Los proyectos de Ciudades Inteligentes son altamente complejos de implementar y, aún más, de llegar a que sean un éxito. Como responsable de IBM en ese momento, y habiendo tenido distintas experiencias en varias ciudades del mundo donde IBM ha trabajado en proyectos de Ciudades Inteligentes, encontré en el proyecto Tequila las características fundamentales que sientan las bases para asegurar su éxito.

  1. Tener un proyecto estratégico a largo plazo que abarque los distintos aspectos para transformar a Tequila en una Ciudad Inteligente.
  2. Un proyecto que involucra a los distintos actores fundamentales para el éxito: Gobierno, entidades privadas y ciudadanos.
  3. Claridad en la importancia de contar con una Think Tank. Compromiso de alto nivel en todos los actores
    fundamentales.
  4. Pasión, involucramiento y, sobre todo, convencimiento por parte de quienes lideran el proyecto de que es un emprendimiento que cambiará Tequila y la vida de sus ciudadanos y turistas.

En resumen, creí en la seriedad del proyecto y qué mejor para poder participar y demostrar que la tecnología de IBM y su innovación pueden ser un socio tecnológico ideal para transformar Tequila en una
Ciudad Inteligente.

¿Qué rol cumple la tecnología en proyectos de esta naturaleza?

Es la base de transformación. En un mundo donde la vida de quienes lo habitamos se hace cada vez más dependiente de la tecnología, no es posible pensar la ciudad del futuro o inteligente sin que sus procesos, servicios y actividades dependan altamente de la misma.

La información, derivada de la recolección de datos y la misma de la incorporación de sensores en todos los aparatos que usamos en nuestro diario actuar, hace que nuestros hábitos cambien, que podamos conocer mejor a las personas y por lo tanto darle servicios personalizados. Los gobiernos y las ciudades no pueden ser ajenos a estos cambios. Los ciudadanos exigen cada vez más el ser tratados de una manera diferente, que los trámites sean cada vez más automatizados, que no existan filas, que mejore el tráfico, la salud y la seguridad, en definitiva, problemas mundanos que se solucionan apoyándose en tecnología, información y conocimiento de los ciudadanos.

Se ha dicho insistentemente que la obsolescencia tecnológica y los altos costos de mantenimiento en licencias de software hacen inviable la sostenibilidad de los proyectos de Ciudades Inteligentes, a menos que sea con subsidios como en la Unión Europea.

¿Cuál cree usted que es el modelo para revertir esta situación y contar con Ciudades Inteligentes y Sostenibles en América Latina?

La tecnología evoluciona a pasos increíbles. Hoy nos encontramos en un modelo de pago por uso y por servicio, conocido como SAAS (Software as a Service), que es ideal para este tipo de proyectos de Ciudad Inteligente.

Tiene dos ventajas fundamentales que benefician directamente a los dos principales desafíos tecnológicos que tiene un proyecto de Ciudad Inteligente: baja los costos, ya que el pago se hace por uso; y garantiza la constante actualización tecnológica, ya que la misma queda como responsabilidad del proveedor de la solución y no del usuario. El poder pagar por uso, que puede definirse por usuario o por transacción, hace posible que los costos acompasen el ritmo del crecimiento de la inclusión y uso de la tecnología en los ciudadanos; a medida que el proyecto crece y se viabiliza, los costos crecen a la misma velocidad, ayudando a viabilizar el proyecto. Por otro lado, y un aspecto muy importante, es que no hay que hacer un pago por única vez por las licencias, lo que permite bajar el costo de entrada para el proyecto. A su vez, los modelos de mantenimiento y actualización están incluidos en el pago como un servicio, lo que implica actualización tecnológica permanente y costos que vuelven a estar atados al éxito del proyecto.

¿Cuál diría usted que es el rol del sector privado, la academia y el sector público? ¿Es posible compatibilizarlos sobre todo en los tiempos de resolución de cada uno?

El sector público es fundamental porque es quien dictamina los procesos y quien tiene la responsabilidad del bienestar de los ciudadanos. Necesitamos líderes decididos, que tengan la capacidad de entender el impacto que puede tener la tecnología en el manejo de los servicios públicos de una ciudad o país. Estos líderes deben, además, tener una visión de largo plazo, que va más allá del partido político de turno, ya que los proyectos de Ciudad Inteligente hay que plantearlos dentro de un plan maestro para los siguientes 20 a 40 años.

El sector privado es absolutamente necesario por un tema financiero y de velocidad de implementación. Acá deben combinarse dos objetivos: el primero, que es un objetivo claro de negocio para la empresa, y el otro, muy importante, de responsabilidad social de las empresas como ciudadanos corporativos. El actor privado no puede pasar por las sociedades sin dejar una mejora, un beneficio en pos de que las personas logremos mejor calidad de vida y que al final se alcance en el colectivo una conciencia de mejora continua, que en este caso estará basada en la inclusión de la
tecnología en nuestro diario vivir.

En resumen, y por tratarse de un tema que abarca toda la sociedad, todos y cada uno de los actores tenemos y debemos involucrarnos de manera muy activa; crear espacios de oportunidad para individuos y
empresas y ser capaces de adaptar los tiempos de cada uno en beneficio del todo. Este tipo de proyectos crea valor y genera oportunidades de trabajo y negocio.

México cuenta con infinidad de municipios y Pueblos Mágicos del tamaño de Tequila. ¿Cree usted que la experiencia de Tequila puede ser replicable? ¿Cómo?

Sin lugar a dudas, y me atrevería a decir que no solamente en México, en todos los países de Latinoamérica. Tequila es ideal para tomarlo como un plan piloto de Ciudad Inteligente. Las áreas de impacto que se eligieron son una realidad y necesidad en todos los países del mundo, sin excepción. La tecnología que se incluyó es universal, abierta, de fácil uso e implantación, lo que hace que sea replicable en cualquier lugar y a cualquier escala. Creo que hay que esperar la maduración y evolución en Tequila para entrar en un proceso de mejora continua.

Compartir estas experiencias con otras ciudades y, tal vez, además de tomar la experiencia, complementar con otras áreas de impacto para ir creando una red de ciudades que compartan buenas prácticas y se beneficien unas de otras.
Usted ha vivido y trabajado en Asia, Europa, Latinoamérica (especialmente en México, Brasil, Argentina y Uruguay).

¿Cuál cree que es el rol que pueden cumplir las ciudades inteligentes en el desarrollo, en la mejora de las condiciones de vida de la comunidad y en la generación de modelos de negocio para los diferentes grupos de interés en una ciudad?

En mi visión, el transformarse en Ciudad Inteligente es hoy una obligación y debiera estar en la mente de todos los actores públicos y privados. La inclusión de la tecnología en todo lo que hacemos y la masificación del Internet of Things, cambió el mundo. Todos esperamos recibir el mismo tipo de servicio y con la misma velocidad, sea este público o privado. Todos esperamos que cada vez «el sistema» nos conozca más para ofrecernos servicios personalizados y esto no va a parar.

Este cambio genera oportunidades en varios sentidos: i) en la vida y bienestar de las personas: tendremos servicios de mejor calidad, impacto directo en la calidad de vida al resolver temas básicos como el tránsito, la salud, el acceso a agua potable y electricidad, y el descongestionamiento de largas filas en trámites públicos; en definitiva, en reconocer finalmente que los ciudadanos somos quienes pagamos por todo esto y debe haber una conciencia de devolución de todos los actores; ii) creación de nuevos modelos de negocio, tecnológicos en primera instancia; creación de valor mediante apps, sistemas de servicios, innovación y desarrollo; modelos de inversión público-privado, que tanto ha costado implementar, sobre todo en nuestros países de Latinoamérica, y que se hacen imprescindibles para el rápido desarrollo de Ciudades Inteligentes; y polos de desarrollo e investigación de nuevas alternativas para resolver problemas complejos como lo son seguridad, salud y servicios públicos a toda la población.

En definitiva, además de ser algo que llegó para quedarse, la inclusión de la tecnología en la creación y evolución de Ciudades Inteligentes crea un ambiente socio económico diferente, abriendo oportunidades de innovación y desarrollo y creando nuevas fuentes de trabajo hasta hoy impensadas en los modelos tradicionales.

 

 


El libro Tequila Inteligente es el storytelling de un proyecto y de una realidad. Una experiencia concreta: la de Tequila, en su camino a convertirse en un Pueblo Mágico Inteligente en 2020 y en una Ciudad Inteligente en 2040. La lógica inicial, las decisiones tomadas y sus aprendizajes, asimismo, la visión de expertos internacionales, a veces crítica, a veces futurista, a veces entusiasta, se han dado encuentro en este libro. Expertos que han participado de una forma u otra en el proceso, se enmarcan en la experiencia internacional e interpretan el fenómeno de las Ciudades Inteligentes, validando acciones y decisiones y brindando señales, señalando riesgos y brindando opciones. De igual forma, se ha entrevistado a un variado número de tomadores de decisiones en relación con Tequila, para dar su visión de un tema que ha venido para quedarse de una manera u otra en nuestro Pueblo Mágico.

 

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