Una ciudad sin preguntas no es un buen lugar para vivir
POR FEDERICO DE ARTEAGA
Las ciudades inteligentes (tecnológica y no tecnológicamente) en general se les ha analizado del lado de las certezas, pero es hora de analizarlas del lado de las preguntas.
Ahora, las preguntas son:
- Información ¿para qué? Es la base de la inteligencia, conocer las fuentes, contextualizarlas y gestionarlas para tomar decisiones lúcidas.
- Conectividad ¿para qué? Uber nos permite en menos de 5 minutos conseguir el traslado que queremos no un auto, el GPS permite ubicarnos en cualquier parte del mundo, Netflix elegir lo que vemos, es decir es una sociedad conectada con las opciones para elegir, no de la imposición.
- Gobernanza ¿para qué? Sin gobernanza, es decir, sin un sistema de ánimo en la sociedad, de colaboración con base en un fin común no es posible lograr una sociedad armónica y eficaz.
- Privacidad ¿para qué? Porque son los usuarios tanto particulares como empresas los dueños de los datos y deben decidir qué información quieren compartir y para qué y dar su aprobación.
- Comunicación en tiempo real ¿para qué? Para actuar en tiempo, porque las cosas ahora se dan en tiempo real, los turistas cuentan su experiencia en el momento que está pasando y la gente reacciona al momento. La comunidad se expresa igualmente, reaccionando y accionando.
- Redes sociales ¿para qué? Porque vivimos en un mundo interconectado. Las redes sociales nos permiten conectar con los turistas y los residentes, comunicar y conocer su opinión.
- Sostenibilidad ¿para qué? Las plataformas de Crowfunding o micromecenazgo, los sistemas tarifarios diferenciales, los fideicomisos, los modelos de negocio y sobre todo el sentido de pertenencia de la comunidad hace la sostenibilidad.
Una ciudad inteligente debe tener base en su realidad, no en una teatralidad para ser Smart. Cabe entonces tomar la responsabilidad de las elecciones, no la pasividad de las indecisiones.