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¿Cómo nos comunicamos en 2018?

Publicado por Segittur. Ver documento completo aquí.

La mensajería instantánea continúa siendo el canal preferido para comunicarse con familiares y amistades. Así lo afirma el 95,1% de la población, por encima incluso de la comunicación en persona, que se reduce al 86,6%.

Por otro lado, el uso de las redes sociales se ha reducido considerablemente desde el año 2017, mostrando una diferencia interanual negativa del 24%.  Las diferencias en su uso por edad son muy amplias, siendo las personas de entre 14 y 19 años las que más lo utilizan (un 46,4%) y reduciéndose progresivamente a medida que aumenta la edad, hasta llegar al 23,2% de las personas mayores de 64 años.

A pesar de ello, la mayor reducción interanual se ha producido precisamente entre los jóvenes: si en 2017,
el 62% de las personas de entre 20 y 24 años utilizaban este canal de comunicación, ahora lo hacen el 44,8% de las personas de estas edades.

Como medio de comunicación entre particulares, la videollamada se ha reducido ligeramente respecto de 2017, pasando su uso del 27,8% al 24%.  Es más comúnmente utilizada entre las personas más jóvenes, especialmente entre las de 14 a 19 años, de las cuales la utiliza un 39,2%, un dato algo inferior al observado en 2017 (del 54,6%).  Una cuestión llamativa es que, lejos de lo que podría pensarse en primera instancia, las personas mayores de 64 años utilicen la videollamada en un 21,3 % de los casos, por encima de las personas de 45 a 54 años. Por sexos, se trata de una forma de comunicación mucho más extendida entre las mujeres (un 28,6%) que entre los hombres (19,4 %).  La frecuencia con la que la videollamada se usa la consolida como un medio de comunicación con cierto carácter esporádico: tan solo un 16,4% de las personas que la utilizan lo hacen diariamente, mientras que la mayoría lo utiliza semanalmente (un 39,2%) o mensualmente (el 26,6 %).

Actitudes ante la publicidad en red.

Uno de los elementos que más polémica está generando en torno a las nuevas formas de comunicación es la gratuidad de los servicios y la necesidad de introducir publicidad para que sean rentables. La publicidad no goza de un excesivo reconocimiento social, ya que un 73,5% de los usuarios declaran que dejan de visitar un sitio web si este presenta un volumen excesivo de publicidad. La proporción es aún mayor entre las personas de entre 20 y 24 años, aún más críticas con la publicidad, siendo un 84,7% las que abandonan una página web con mucha publicidad.

Un 19,3% de la población afirma que estaría dispuesta a pagar por los servicios (como mensajería instantánea o redes sociales) si a cambio no mostraran publicidad, y este convencimiento está aún más extendido entre las personas más jóvenes, llegando al 24,4% entre las personas de entre 14 y 19 años. En consecuencia, son las personas más jóvenes las que más utilizan filtros de seguridad para no recibir anuncios en la red: un 42,9% de las personas de entre 20 y 24 años utilizan este tipo de aplicaciones.

A pesar de ello, se destaca un aspecto positivo de la publicidad en la red, relacionado con el interés que este medio suscita frente a otras formas de publicidad. Un 18,7% de las personas internautas reconoce que la publicidad a través de internet le parece más interesante que en otros medios, proporción que asciende hasta el 39,7% entre las personas de entre 14 y 19 años. La personalización de la publicidad, por tanto, parece ser uno de los puntos fuertes que ofrece la publicidad online frente a otros canales de transmisión de la publicidad. Se destaca, igualmente, a aquellas personas que consideran que no les es un inconveniente recibir publicidad por internet si con ello pueden acceder a contenidos audiovisuales de forma gratuita (42,2%). Esta afirmación está más extendida entre las personas más jóvenes, alcanzando el 62% entre las de edades comprendidas entre 14 y 19 años.

La privacidad, una de las principales preocupaciones para quienes utilizan la red.

La cada vez más frecuente exposición a internet viene acompañada de que cada vez sea mayor la cantidad de información que se comparte a través de la red, por lo que la privacidad se convierte en una de las principales preocupaciones de los usuarios. Para el 82,9% de la población, la privacidad de sus datos en la red es muy importante (valorándola con una puntuación de 7 o más en una escala de 0 a 10), una proporción que, si bien ha descendido ligeramente desde 2017, cuando se situaba en el 87,3 %, sigue siendo muy amplia. La preocupación, al igual que en oleadas anteriores, continúa siendo mayor entre las mujeres que entre los hombres (un 86,2% frente al 80,4%), aunque ha aumentado entre los hombres respecto a 2017 mientras que se ha reducido entre las mujeres. Por tramos de edad, las personas que muestran una concienciación más baja respecto a la privacidad de sus datos en línea son las más jóvenes, pues tan solo un 72% de las personas de entre 14 y 19 años muestran niveles altos de preocupación, y no se observan diferencias reseñables en el resto de tramos de edad.

La transferencia o la cesión de datos es un aspecto muy delicado que ha traspasado las fronteras nacionales, y más cuando nos referimos a un mercado globalizado, donde las fronteras ya no existen
Elia Ferrer. MyTaxi

Las mujeres son más reacias que los hombres a ceder sus datos personales si como consecuencia reciben ofertas personalizadas de productos y servicios: así, solo el 9,7% de las mujeres están dispuestas a ceder sus datos, frente al 16,5% de los hombres. Cuando la cesión de datos es a cambio de dinero, la proporción de personas dispuestas a hacerlo es aún menor, del 4,2%, existiendo también diferencias por sexos, ya que lo aceptan tan solo un 2,1% de las mujeres. Las personas de entre 20 y 24 años son más permisivas en este aspecto, pues lo aceptan un 10,6 %, que sí estarían dispuestas a ceder sus datos.

Las mujeres declaran estar más preocupadas por el control de su información en la red: así al 83,4% de ellas les preocupa mucho que sus fotografías o vídeos personales escapen a su control, frente al 74% de los hombres que tienen esta misma preocupación. Este dato no ha variado en gran medida respecto de los anteriores informes, puesto que el 78,7% de la población total manifiesta esta preocupación, 0,1 puntos porcentuales por encima respecto de 2017.

Son ellas las que leen en mayor medida los contratos de servicio y las cláusulas de privacidad de las aplicaciones cuando las instalan, en un 48,2% de los casos, frente al 37,1 % de los hombres y el 42,7 % de la población general. A pesar de que este dato es bajo, supone un importante incremento respecto del año anterior, en el que se situaba en el 37,2%, fruto de una mayor concienciación por parte de la población acerca de la necesidad de proteger los datos que se muestran en la red.

Aumenta el uso de medidas de seguridad para proteger los datos personales.

La protección de los datos privados que las personas usuarias depositan en la red sigue siendo uno de los principales escollos a superar para lograr una plena confianza de la sociedad en internet. Los ciberataques a grandes empresas administradoras de datos vividos en los últimos años generan una sensación de desprotección e indefensión que se manifiesta en las reticencias a la hora de ceder determinada información en línea. La concienciación, en este aspecto, es cada vez mayor y apunta a una progresiva demanda de medidas de seguridad. Se observa que, para garantizar la privacidad de los contenidos, aún sigue siendo una mayoría de personas las que utilizan los dispositivos de almacenamiento que no están en la red (un 49,2%), si bien se aprecia un ligero descenso en favor del almacenamiento del contenido digital en internet, opción que ya utiliza el 13% de la población, y que ha aumentado progresivamente en los últimos años (en 2017 se situaba en el 9,3%). Igualmente, ha descendido el porcentaje de personas que utilizan ambos tipos de dispositivos, alcanzando el 28,8% de la población. El almacenamiento en red es la opción preferida para la población de entre 14 y 19 años, en un 21,3 %; mientras que la población de entre 45 y 54 años es las más reticente a utilizar este tipo de servicio, puesto que tan solo un 9,7% lo hace. Por sexos, el 14,4% de las mujeres utilizan el almacenamiento en línea, mientras que tan solo lo hacen el 11,7 % de los hombres.

Es de destacar la preocupación existente por el hecho de que la publicidad online maneje información relativa a los gustos o hábitos de consumo de las personas usuarias de los servicios en red, que afecta al 70,8%; dos puntos porcentuales más que el año 2017, y siendo, de nuevo, notablemente superior en el caso de las mujeres, alcanzando al 75,2% de estas frente al 66,3% de los hombres. A pesar de ello, la proporción de personas que conoce el funcionamiento y desactiva las cookies continúa siendo bastante bajo: del 20,6%, muy por debajo de los niveles de preocupación. En definitiva, es menor el volumen de mujeres (56,6%) que de hombres (60,8%) que señalan desactivar las cookies, independientemente de su conocimiento al respecto, y a pesar de la mayor preocupación de estas. En este aspecto, es necesario también mencionar el mayor conocimiento y desactivación de las cookies por las personas más jóvenes, pues entre las personas de más de 64 años, tan solo el 30,7 % lo hace.

Otras medidas de seguridad que toman las personas usuarias es la desconexión del GPS de los dispositivos móviles, la navegación privada, la desconexión de la webcam o el uso de software antivirus. De todas estas, la más habitual sigue siendo la utilización del software antivirus, utilizada por el 79,0% de las personas usuarias de internet. Entre ellas, apenas se perciben diferencias por sexos, pero sí por edades, siendo las personas de entre 47 y 16 años las que menos lo utilizan (un 63,6%). Una medida de seguridad muy popular, especialmente entre las personas más jóvenes, es desactivar el GPS u otros elementos del móvil para preservar la privacidad, algo que hacen el 66,9% de las personas usuarias de teléfonos móviles, llegando a ser utilizada por el 78,9% de las personas de entre 20 y 24 años. La navegación privada continúa subiendo, llegando al 49,2% de la población, un aumento de 3,5 puntos porcentuales, como también lo están haciendo las medidas para gestionar las contraseñas, utilizadas ya por el 56,3% de las personas usuarias, 3,7 puntos por encima con respecto al año anterior. En cuanto a la desconexión de la webcam, también se observa un incremento, en este caso de 2,3 puntos, alcanzando el 51,8% y existiendo grandes diferencias entre grupos de edad, pues de nuevo, esta medida es mucho más utilizada por las personas jóvenes.

En un contexto en el que cada vez las personas se encuentran más concienciadas de los peligros para la privacidad que entraña internet, y que se utilizan múltiples medidas de protección, se está produciendo también una mayor demanda hacia los operadores de banda ancha para disponer de una plataforma en la que controlar la información personal: un 81,4% de quienes utilizan la red así lo defienden, una demanda que es mayor entre las personas de entre 35 y 54 años, alcanzando el 85%. Por otro lado, tan solo un 30,8 % de la población cree que su operador protege sus datos personales de ubicación, conversaciones, transacciones, etc., mejor que las empresas de internet como Google, Facebook, Amazon, etc.

 

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