Gobernanza, motor del Smart Destination.
Por Arturo Constantini.
El Destino Turístico Inteligente se ha convertido en un concepto cada vez más relevante para potenciar el desarrollo de los destinos, frente al cambio de paradigma en el ciclo de viaje del turista. Sin embargo, la falta de comprensión sobre el significado del Smart Destination ha propiciado una visión reduccionista que empobrece la capacidad de los gestores en llevar a cabo un proyecto de esta envergadura.
El problema reside en asociar un Smart Destination con un destino en el que a la tecnología se le atribuye un estatus mesiánico, capaz de resolver por sí sola la complejidad de gestionar un territorio turístico. Este nuevo «mesías» es, en realidad, un medio o herramienta para alcanzar los objetivos establecidos desde la política pública y no un fin en sí mismo. Es, debido a esta noción futurista, que las soluciones tecnológicas (aplicaciones móviles, sensores de movimiento, semáforos «inteligentes», entre otras) se multiplican aisladas unas de otras sin una estrategia que soporte su uso.
Bajo esta visión, la transformación del destino a uno Smart está condenada al fracaso. Detrás de la tecnología debe existir un plan a largo plazo que contenga el aspecto más importante que garantiza la sostenibilidad y continuidad del proyecto: la Gobernanza. Ésta es definida por la Organización Mundial de Turismo como «una práctica de gobierno susceptible de medición, orientada a dirigir eficientemente al sector turístico en los distintos niveles de gobierno, mediante formas de coordinación y colaboración entre ellos para realizar las metas compartidas por redes de actores que inciden en el sector, con el fin de lograr soluciones y oportunidades con base en acuerdos sustentados en el reconocimiento de interdependencias y responsabilidades compartidas».
¿Por qué es importante la Gobernanza?
El Destino Inteligente no se construye ipso facto, al contrario, es un proyecto de largo aliento que requiere de un constante flujo de inversión. Es por eso que es fundamental la cooperación y coordinación de actores en los tres niveles de gobierno, la iniciativa privada, la academia y las comunidades para impulsar la transformación del territorio más allá de los cambios en las administraciones federal, estatal y municipal. De esta manera el destino es, en su conjunto, el que se apropia del proyecto, permitiendo crear una visión en común y compartir responsabilidades de inversión, operación, gestión y promoción.
La Gobernanza ha sido un pilar clave para que el proyecto de Tequila Inteligente se encuentre en la antesala de convertirse en el primer destino mexicano en obtener el distintivo de Smart Destination, otorgado por la Sociedad Mercantil Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (SEGITTUR) del gobierno español.
¿En qué consistió?
En la creación del Consejo de Desarrollo Integral de Tequila (CODIT), cuyo objetivo es lograr el desarrollo integral del municipio, en sus vertientes social, económica, territorial y ambiental, brindando apoyo y asesoría a las autoridades municipales.
La experiencia del CODIT resulta un valioso ejemplo a tomar en cuenta para otros destinos que busquen adoptar un proyecto de Smart Destination. Será sólo mediante la creación de este espacio para el diálogo y la colaboración (no exento de dificultades, claro está) que será posible potenciar el desarrollo inteligente y sostenible de todos aquellos territorios de vocación turística.