La importancia del arte en la ciudad.
En estos inauditos momentos que vivimos, rodeados de incertidumbre, el arte cobra especial relevancia. La expresión artística está en crisis en el sentido de inestabilidad, cambio y búsqueda de nuevas direcciones. Las disciplinas hoy se han roto, la velocidad que caracterizaba a nuestra sociedad se ha detenido. Lo que hace unos meses formaba parte de lo cotidiano, se resquebrajó y evidencia la necesidad de reflexión, de acercar las manifestaciones artísticas a la gente buscando acaparar la atención y sorprender al espectador despertando su capacidad de interacción, ocupando nuevos espacios poco habituales. La ciudad como canal de transmisión de mensajes que alcancen al mayor número de personas posible, es una manera hermosa de seducir y emocionar. En estos días, este tipo de manifestaciones cobran mayor protagonismo; no son nuevas las exposiciones que se muestran al aire libre en las calles, en la arquitectura de los edificios, en murales, en monumentos urbanos o escaparates que son inmejorable escenario en el que se entrecruzan signos de expresión artística que nos devuelven nuestro reflejo con un juego de luz, siendo imagen y espejo. La propia naturaleza de las ciudades sabe obsequiarnos con visiones que nos transportan al deleite contemplativo y artístico. Algunas obras nos invitan a la abstracción, a detenernos. Otras más conceptuales o políticas nos empujan a la reflexión, a soñar nuevos imaginarios enfrentándonos con nuestros fracasos. En tiempos de distancia y confusión con más fuerza que nunca, debemos prestar como sociedad, un especial cuidado a nuestros artistas porque ellos y ellas necesitan hoy nuestra ayuda tanto personal como institucional.
El arte es como el agua. Se adapta a las formas y a las circunstancias del momento y siempre busca una salida para llegar a su destino. Su impacto positivo en la vida de la ciudad genera un sentimiento de identidad y abre un canal entre arte y espectador, nos lanza al interior de ese océano artístico y sentimos la delicia de estar atrapado no se sabe muy bien dónde. No cabe duda, en efecto, de que la intervención sobre el espacio es precisa; donde lo estético y lo práctico se unen.
Realmente tiene mucho que decir en estos días en medio de esta de crisis sanitaria, social y económica. No puede detener los problemas económicos, climáticos o curar un virus, pero sí es un antídoto en tiempos de caos, una hoja de ruta, una fuerza de resistencia y esperanza, creando nuevos registros, nuevos lenguajes. Confiamos en las representaciones de nuestros artistas para dar sentido a los cambios y a los bretes de la vida: son los analistas, curanderos y visionarios. Hacer arte es esencial para hablar con verdad. Cobra especial importancia generando un impacto beneficioso en la vida diaria de la ciudad y nos recuerda que, a pesar de que muchos son los planes que no se han podido realizar, los proyectos que se han debido aplazar, la naturaleza, la vida y la creatividad se abren camino y nos ayudan a ver luz al final del túnel. No está siendo un camino fácil, pero después de atravesar varios estados de emociones, con la calma suficiente podemos ver un objetivo que es “salir de esta”, y a través de la mirada del artista, seguir creciendo, aprendiendo a superar retos. Más que nunca ahora, el arte deja una huella positiva y nos lanza un mensaje de ESPERANZA para que este mundo, con las personas que lo formamos, sea cada día más responsable, sostenible y más vivible para todos.
María Aránzazu Vidal López-Tormos.
Artísta en cerámica, pintura, decoración e interiorismo, fotomecánica y escaparatismo. Comisaría el proyecto expositivo “Arte Peatonal”, patrocinado por el Gobierno de Cantabria y con colaboración del Ayuntamiento de Santander desde 2017. Dirige la revista educativa en Cantabria “La Goleta”. En 2004 dirigió el proyecto de la Cámara de Comercio de Santander para mejorar el escaparatismo de la ciudad. Acreedora a numerosos premios como “Pancho Cossío” en 1983, Concurso de Escaparates de Santander, Adobe Ibérica de escaparatismo entre otros. Ha realizado 27 exposiciones individuales y colectivas de cerámica y pintura en su mayoría, en España.