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Mundo Cuervo, una estrategia equilibrada.

Mundo Cuervo, una estrategia equilibrada.

Por Federico de Arteaga.

Los turistas dudan:

Si ir o no a los destinos.

Si realmente las promesas y los protocolos de sanitización serán suficientes.

Por cuánto tiempo ir.

En qué ir, y con quién ir.

Qué hacer.

Qué producto turístico elegir.

 

Y es lógico que duden.

 

Pero también deciden.

 ¿De qué depende que decidan?

De la reputación del lugar y de la marca que los convoca.

De la credibilidad por tantos años ganada.

De la comunicación efectiva y convincente realizada.

De las ganas de volver.

Del logro de un equilibrios entre la sanitización y el disfrute.

De la combinación entre lugares cerrados y abiertos.

De la percepción de seguridad.

De las evidencias por lograr esa seguridad proclamada y ofrecida.

De una oferta con un servicio de primer nivel.

Con que valga la pena (ahora sí) salir con un riesgo medido y asumido.

Con que la estadía sea mediatizada por la circunstancia, pero cuidada para ser disfrutable.

Con que la experiencia que se llevará será memorable.

Desde  luego, nadie quiere ir a un destino inseguro, pero tampoco a un hospital turístico. No queremos arriesgarnos, pero tampoco es grato asistir a una cata con cubrebocas. Y lo cierto es que nadie puede asegurar nada al 100%. Todos nos exponemos de alguna manera, en un equilibrio entre una expresión de coraje compartido y de tranquilidad asumida.

Mundo Cuervo ha optado por tomar todas las medidas necesarias de seguridad en sus instalaciones. Cuenta con certificaciones locales de diferente naturaleza, y está certificando con estándares europeos y españoles validados por la Organización Mundial de Turismo en Seguridad y en Sostenibilidad.

El equilibrio en la estrategia ha sido un factor de responsabilidad: poner todo para ser un destino seguro, hacer todo para brindar un servicio lo más natural posible, buscar todo para que el turista se lleve una experiencia.

La experiencia de haber estado en Mundo Cuervo, una vez más: una más de tantas otras que seguirán…

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