¿Por qué no hay más destinos turísticos inteligentes en México?
Publicado por Mexico Business News. Ver publicación original aquí. Por Dr. Federico de Arteaga. Líder del Proyecto Destino Turístico Inteligente Tequila y Presidente de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de Iberoamérica.
México y América Latina están en proceso de promover ciudades inteligentes por un lado y Destinos Turísticos Inteligentes (DTI) por otro, pero existe confusión sobre los términos conceptuales, su alcance e impacto.
¿Qué es una ciudad inteligente?
Una ciudad inteligente es aquella que utiliza el potencial de la tecnología y la innovación, junto con otros recursos, para promover la eficiencia, el desarrollo sostenible y, en última instancia, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
¿Por qué un Destino Turístico Inteligente y no una Ciudad Inteligente?
Tanto las ciudades inteligentes como los destinos turísticos inteligentes comparten algunos objetivos similares, como el uso de tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de vida de los residentes y visitantes, y la gestión más eficiente de los recursos. Sin embargo, existen algunas diferencias entre ambos conceptos.
Una ciudad inteligente es una ciudad que utiliza las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, la sostenibilidad ambiental y la eficiencia de los servicios públicos. Las tecnologías se utilizan para recopilar y analizar datos en tiempo real, lo que permite a las autoridades tomar decisiones informadas y brindar servicios más efectivos.
Por otro lado, un destino turístico inteligente es un destino turístico que utiliza tecnologías inteligentes para mejorar la experiencia del visitante y la gestión sostenible del turismo. Estas tecnologías se usan para proporcionar información y servicios personalizados a los turistas, mejorar la seguridad y accesibilidad, y promover la sostenibilidad ambiental y cultural.
Los dos conceptos pueden ser complementarios, ya que una ciudad inteligente puede ser un destino turístico inteligente y viceversa. Por ejemplo, una ciudad inteligente que utiliza tecnologías avanzadas para gestionar el tráfico y la seguridad puede ofrecer una mejor experiencia turística para los visitantes. De manera similar, un destino turístico inteligente que usa tecnologías avanzadas para la gestión sostenible del turismo también puede mejorar la calidad de vida de los residentes y la sostenibilidad ambiental de la ciudad en la que se encuentra.
El término ciudad inteligente implica que toda la ciudad debe ser inteligente. Esto no se ha logrado en ninguna parte del mundo porque las ciudades son ingobernables y nunca se llega a los barrios periféricos o marginales.
Por lo tanto, un DTI es verificable y una ciudad inteligente no lo es. Un DTI es más realista porque implica desarrollar la inteligencia de la ciudad en el área donde se mueven los turistas y donde está el producto turístico.
Mientras tanto, ¿qué pasa con los DTI en España y América Latina?
En España, hay 380 miembros y 150 Destinos Turísticos Inteligentes (DTI) distinguidos, mientras que en América Latina hay 42 miembros, tres distinguidos y dos en proceso. Entre ellos hay 10 en Brasil, tres en Argentina y tres en Colombia. En México, solo hay uno: Tequila, que fue el primer DTI distinguido por el Ministerio de Turismo de España en América Latina en 2020.
Asimismo, la Red DTI española tiene 619 miembros, de los cuales 440 son destinos, 86 instituciones, 86 empresas y ocho observadores, mientras que la Red Iberoamericana de DTI fundada en 2022 por cuatro países (México, Colombia, Brasil y Argentina) hoy cuenta con 43 miembros, 17 destinos, 12 miembros institucionales, cinco colaboradores y seis observadores (entre ellos el Banco Interamericano de Desarrollo, la Red Iberoamericana de Turismo Accesible y Turismo de la ONU).
Si analizamos los casos de éxito en América Latina y España, podemos ver que se han logrado los siguientes objetivos:
– Pensar en términos holísticos
– Alcanzar gobernanza
– Organización territorial
– Gestionar el destino
– Dimensionar los problemas
– Evaluar soluciones
– Generar bienes públicos, bienes socialmente responsables, bienes privados y bienes de convivencia
– Lograr impactos
– Tener una metodología comprobada y validada.
Asimismo:
– Priorizar en función de la lógica de la ciudad
– Concienciar al sector público y sensibilizar a los residentes
– Mostrar beneficios inmediatos
– Ajustar las soluciones a escala
– Gestionar la interoperabilidad y la obsolescencia tecnológica
– Pensar sistémicamente
– Pasar de abordar problemas a gestionarlos
– Tomar decisiones rápidas basadas en información en tiempo real
– Gestionar las interacciones del sistema y sus componentes
– Lograr sostenibilidad económica.
¿Cuáles son los principales indicadores?
– La estancia media se duplica
– La pobreza disminuye
– Aumenta el ingreso económico
– Se crean muchos empleos, ya que el sector turístico es un gran empleador, especialmente entre mujeres y jóvenes
– Se realizan inversiones en infraestructura turística por parte del sector privado
– Mejora la sostenibilidad
– Se diseñan modelos de negocio y modelos de prevención
¿Cuáles son los beneficios para la población?
– Mayor seguridad
– Mayor accesibilidad y movilidad
– Más beneficios económicos
– Empleos
– Ingresos promedio más altos
Con base en estos beneficios, la evidencia de que España es el país más avanzado en términos de turismo, el crecimiento de los destinos interesados en convertirse en DTI y ser distinguidos como tales, el hecho de que se han formado redes, se han generado alianzas y la metodología de SEGITTUR ha sido validada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Unión Europea y el Banco Asiático, vale la pena preguntarse por qué México no tiene más DTI.
Existen todo tipo de razones: no hay suficiente información, no se conocen los beneficios, tampoco los modelos de negocio; los conceptos de ciudad inteligente y destino inteligente se confunden, el gobierno cerró este o aquel programa, y no hay financiamiento. Pero los principales problemas son la falta de voluntad política, la falta de visión y la falta de inversión público-privada.
Hoy en día, la tecnología está disponible, las soluciones son ubicuas, hay buenas prácticas y lecciones aprendidas de más de 200 destinos, existen casos de éxito con visiones holísticas, redes de conocimiento, cursos universitarios y consultores especializados.
Por supuesto, hay varias iniciativas etiquetadas como inteligentes, pero sin el concepto de inteligencia. Parece que poner tecnología en algo ya lo define como inteligente. Sin embargo, en los DTI, el 80% de su inteligencia no es tecnológica y solo el 20% es tecnológica.
Lo más importante es que tenemos que cambiar, dejar de hablar de ciudades/destinos inteligentes, y empezar a hablar de gestión inteligente de ciudades/destinos. De esta manera, el concepto será más comprensible.
Veamos si México sigue o no el crecimiento de los DTI en España y América Latina.