Uruguay el país más digitalizado de América Latina.
Por Federico de Arteaga. Experto en Ciudades, Destinos Inteligentes, en Responsabilidad Social y Sostenibilidad.
Como expresa LIU Zhenmin Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas:
En medio del estallido mundial de la pandemia de COVID-19, la vida cotidiana está cambiando de formas inimaginables. Con el distanciamiento social y las medidas de cuarentena en marcha para detener la propagación del virus, las soluciones digitales se han vuelto vitales para abordar el aislamiento y mantener a las personas informadas y comprometidas.
Los gobiernos de todo el mundo están explorando nuevas formas de involucrar y proporcionar información clara y actualizada al público y a los trabajadores de la salud, mientras trabajan junto y con las partes interesadas para reducir el aumento en la desinformación y la desinformación. Sin embargo, con los esfuerzos digitales rápidos y asertivos para gestionar los efectos de la pandemia a nivel comunitario, han resurgido las preocupaciones sobre la privacidad de los datos y las brechas digitales. Esto ha puesto inmediatamente a prueba las visiones, herramientas y aplicaciones nacionales del gobierno electrónico que los países han invertido en los últimos años. La pandemia de COVID-19 ha presentado a los encargados de formular políticas en todos los niveles de gobierno desafíos sin precedentes para responder a las necesidades críticas de sus países. El año 2020 fue significativo en la evaluación comparativa global del gobierno electrónico, ya que a los gobiernos se les recuerda más que nunca la importancia y relevancia del gobierno digital. La transformación digital es ahora una parte fundamental del desarrollo sostenible nacional de muchos países.
Tendencias globales
El desarrollo del gobierno electrónico continúa avanzando, con el valor promedio mundial de Índice de desarrollo del gobierno electrónico (EGDI) aumentando de 0,55 en 2018 a 0,60 en 2020.
El progreso es evidente incluso en países en situaciones especiales y entre aquellos con recursos limitados. El número de países menos adelantados (PMA), países en desarrollo sin litoral (PDSL) y pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) con valores de EGDI altos y muy altos (superiores a 0,50) ha aumentado un 29% desde la última edición de la Encuesta. El número de países de ingresos medianos bajos con altos niveles de desarrollo electrónico ha aumentado en un 57%. Sin embargo, la mejora más significativa se registró en el grupo de países de ingresos medianos bajos, que avanzó en más del 15%, con un promedio de puntajes EGDI que crecieron de 0,43 en 2018 a 0,50 en 2020.
América Latina: análisis de países
Los países con los valores de EGDI más altos en América Latina que se encuentran en el grupo EGDI muy alto son Uruguay en el puesto más alto seguido Argentina, Chile, Brasil y Costa Rica. Tres países de América del Sur (Argentina, Brasil y Chile) y un país de América Central (Costa Rica) han pasado del grupo EGDI alto al muy alto, lo que eleva el número de países de América del Sur y Centroamérica en esta categoría a siete (frente a tres en 2018) y reduciendo aún más la brecha de desarrollo del gobierno electrónico con América del Norte.
Los seis países con valores EGDI altos (México, Barbados, Colombia, Perú, Bahamas y Ecuador) ya se encuentran en la clase de calificación más alta y, por lo tanto, están relativamente cerca de pasar al grupo EGDI muy alto. Cinco países de la región (Santa Lucía, Jamaica, Guatemala, Surinam y Nicaragua) pasaron del grupo de EGDI medio al alto, y ahora solo quedan cinco países (Guyana, Belice, Honduras, Cuba y Haití) en el EGDI medio.
En las Américas, el 86 por ciento de los 35 países encuestados se encuentran en el grupo EGDI alto o muy alto en 2020, lo que significa un progreso constante en el desarrollo del gobierno electrónico desde 2018. Durante los últimos dos años, el valor promedio de EGDI en las Américas ha aumentado de 0,5898 a 0,6341.
De todos los países latinoamericanos incluidos en el estudio, Uruguay obtuvo la más alta puntuación con un índice de 0,85 en una escala de cero a uno, donde uno equivale al mejor desempeño posible en el desarrollo del gobierno electrónico. Además de encabezar el ranking latinoamericano, este puntaje le valió ocupar el puesto 26º de la clasificación mundial. Argentina, por su parte, se ubicó en el segundo lugar de América Latina, con un índice de 0,828, seguida de Chile, con 0,826.