¿Un cerebro cableado para la revolución industrial es el que se precisa para analizar problemas del siglo XXI?
Por Federico de Arteaga. Director de Planeación en Grupo JB-Cuervo. Experto en Ciudades, Destinos Inteligentes, en Responsabilidad Social y Sostenibilidad.
Estamos ante una nueva manera de ver las cosas. Lo que sucede ahora no es una nueva, ni una cuarta, revolución industrial (de procesos lineales, de secuencialidad, de ensamblaje). Es más bien un tiempo de sistemas, de complejidad, de necesidad de una actividad cerebral en red, sistémica –que en definitiva es como ha funcionado siempre.
En el análisis de las ciudades no nos hemos planteado su complejidad, que parecería haber despertado por la pandemia, por las crisis globales financieras, por el cambio climático.
Se confunden los cambios en todos los ámbitos al mismo tiempo: opuestos, contradictorios, paradojales. El gobierno de la paradoja… que no es nuevo. Charles Handy[1] hablaba de la inevitabilidad de las paradojas en estos términos: “cuanto más turbulentos los tiempos y más complejo el mundo, más serán las paradojas. Los opuestos simultáneos son el otro rasgo de la paradoja”.
La complejidad debe internalizarse, entenderse, e incorporar conceptos como auto organización, sistemas adaptativos, emergencia, accidentes, inteligencia colectiva…
Asimismo, Daniel Innerarity[2] reflexiona también sobre la complejidad en el siglo XXI y, de ese análisis, se pueden extraer las siguientes afirmaciones:
- “Los problemas complejos son precisamente aquellos cuya problematicidad comienza por la formulación; no permiten una clara definición o descripción”.
- “Lo que interesa al análisis de la complejidad es cómo se propaga el cambio a través de los comportamientos interconectados”.
- “No es que el todo sea mayor a la suma de las partes, sino que es muy diferente de la suma de las partes”.
- “El carácter complejo de los sistemas es una consecuencia de la interacción: interacción de las partes del sistema con el sistema como un todo y del sistema con otros sistemas con los que está relacionado o en los que está inserto. Un sistema complejo es un sistema cuyos componentes, sin necesidad de un control central, dan lugar a un comportamiento colectivo complejo, procesan información sofisticada y se adaptan mediante el aprendizaje y la evolución”.
Reconocemos a la ciudad como estos sistemas complejos. Todo en una ciudad es información, y ésta debe comunicarse para lograr resultados e impactos. Si la realidad es sistémica, si la paradoja manda, si la complejidad ha de entenderse, debemos entonces cablearnos de manera distinta.
[1] La Edad de la Paradoja. Handy. Ch. (1996).
[2] Una Teoría de la Democracia Compleja. Innerarity. D (2020).