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La respuesta está en el cielo.

La respuesta está en el cielo.

A raíz de los recientes recortes de agua que hubo en la ciudad de México con motivo del mantenimiento al sistema Cutzamala, surge una cantidad de temas de reflexión sobre la fragilidad en que vivimos en los desarrollos urbanos. Es de terror imaginar que llegue el día en que, en la mayoría de las colonias, principalmente en la zona oriente de la ciudad, no hubiera forma ya de surtir el vital líquido.

¿Qué sucedería? ¿Qué sería capaz de hacer la gente para tener agua, no digamos ya para su limpieza personal, sino al menos para beber? ¿Qué sería usted capaz de hacer, lector, para llevar agua para que su familia bebiera?

Si reflexionamos también respecto a la infraestructura que se requiere para llevar agua a la mayor parte de la gente que vive en esta ciudad, y el costo que representa, no deja de sorprendernos el esfuerzo titánico que debe representar para los organismos públicos encargados del tema, el surtir la poca o mucha agua que llega a los miles de domicilios en la ciudad. El esfuerzo es enorme y aunque por lo mismo presenta deficiencias, es un hecho de que como usuarios podemos afirmar que la ciudad en su gran mayoría cuenta con agua. ¿Pero durante cuantos años más? Son numerosos los estudios que demuestran que la demanda de agua en la ciudad de Mexico excede a la oferta existente, y que esta brecha se seguirá ampliando con los años. Es un hecho conocido también que el agua superficial es cada vez mas escaza y contaminada, y que los mantos freáticos están a profundidades cada vez mayores.

¿Qué alternativas hay ante estas realidades, que cada día son mas evidentes?

La problemática que representa la futura demanda de agua afecta no solo a los individuos y a sus familias, sino también a las pequeñas, medianas y grandes empresas, las cuales en mayor o menor medida utilizan el agua en sus procesos o servicios. El impacto de la falta de agua incide en temas de empleo, en temas fiscales, en temas sociales y en temas económicos.

¿Qué sucederá cuando por ejemplo, un restaurante no cuente ya con agua para preparar los alimentos o lavar la loza? ¿Qué sucederá cuando las empresas fabricantes de bebidas, no cuenten con agua para elaborar sus productos? ¿O cuando las textileras y papeleras, por ejemplo, no tengan forma de conseguir agua para sus procesos productivos?

Si bien es cierto que pueden faltar algunos años para llegar a estos extremos, también es cierto que estamos en tiempo de tomar las acciones que nos permitan diferir el problema o bien solucionarlo. SI bien desde un punto de vista empresarial hay acciones que permiten reutilizar el agua usada en los procesos, a través de acciones de tratamiento, también es cierto que estos procesos de reciclaje del agua implican inversiones elevadas y costos de mantenimiento altos, que no todas las empresas están en condiciones de sufragar, sobre todo si son pequeñas y medianas.

¿Qué hacer entonces? ¿Qué opción se puede tomar?

La respuesta tal vez esté en voltear al cielo, y no precisamente para orar, sino para ver a la lluvia como una alternativa de recursos hídricos para ser utilizada en los procesos industriales. Hoy en día, así como hay sistemas de captación de agua de lluvia para zonas donde no llega la red de agua potable a las familias, también es un hecho que existen en México sistemas de captación industriales que se están volviendo una opción rentable para grandes corporativos que ven en esta alternativa una forma de cubrir sus necesidades de agua para sus procesos, sin depender totalmente de pozos o de la red proveída por los gobiernos. Los procesos de instalación de los sistemas de captación de agua de lluvia para procesos industriales tienen un costo de instalación y de mantenimiento que es tan solo una fracción de lo que representa una planta de tratamiento de aguas residuales; son una alternativa para zonas o ciudades donde el volumen de precipitación pluvial es medio o alto, como lo es en la zona metropolitana de la ciudad de México o de Guadalajara, por ejemplo. Las ciudades deben buscar alternativas innovadoras que les permitan ser sostenibles y sustentables en el tiempo, por lo que el tema de la captación de agua de lluvia puede ser una gran alternativa para disminuir la dependencia de las redes publicas o del subsuelo; el cambio climático permite prever un incremento en la precipitación pluvial en muchas zonas del país, lo cual abre áreas de oportunidad para probar alternativas con un costo beneficio elevado, como lo pueden ser los sistemas industriales de captación de agua de lluvia.

Si esta alternativa de obtención de recursos hídricos la complementan las empresas con un sistema de medición que les permita saber cuanta agua esta relacionada con la fabricación de sus bienes o servicios, podría tenerse un esquema integral que permita generar grandes ahorros al sistema gubernamental de distribución de agua, a través de la ya mencionada captación de agua de lluvia y a los ahorros en el uso del agua para la fabricación de bienes y servicios.

¿Pero que alternativa hay para la medición del consumo de agua en términos industriales?

La metodología mas utilizada es la relacionada con la medición de la huella hídrica, la cual permite conocer cuánta agua se utiliza para la fabricación de un bien, por ejemplo una camisa, no solo en el proceso de confección de la misma, sino desde el agua utilizada para sembrar y cosechar el algodón, y la utilizada para confeccionar la tela.

Unos ejemplos gráficos respecto a la medición de la huella hídrica podrían ilustrar mejor lo que ésta significa.

Se necesitan:

En la medida en que las empresas conozcan su huella hídrica, en la misma medida podrán buscar generar ahorros para hacer mas eficientes sus procesos en términos de consumo de agua. Existen en México proyectos que buscan establecer formas de medición de la huella hídrica en términos industriales, pero sería importante impartir este conocimiento entre la población en general para generar conciencia de lo que representa la huella hídrica personal.

En resumen, el tema del agua es de tal importancia, que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU bajo el concepto de Agua Limpia y Saneamiento, además de que el concepto es totalmente congruente y fundamental para el esquema de Smart Cities, donde la sostenibilidad es fundamental para responder a las necesidades de la población y de las empresas en los ámbitos sociales y ambientales, principalmente.


Alberto Bucardo 

Contador Público con Maestría en Administración, candidato a Doctor en Administración. Inicialmente laboró durante 22 años en el sector bancario en áreas de crédito, financiamiento de proyectos, ingeniería financiera y sindicaciones y los últimos 19 años trabajó en el Banco Interamericano de Desarrollo diseñando y supervisando operaciones del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) en temas de inclusión financiera, economía circular, economía colaborativa, emprendimiento social, inversión de impacto, turismo sostenible, desarrollo empresarial, responsabilidad social, remesas, bonos de impacto social y sistemas de innovación, entre otros temas. Actualmente es consultor independiente.

1 Comment

  1. Santiago

    Muy buen análisis Alberto. La planificación y uso racional de los recursos es una estrategia importante que las autoridades no han podido plasmar enteramente para resolver esta limitante. Desde aquellos aquellos grandes futurólogos salen soluciones alternativas basadas en tecnologías ya probadas para hacer del recurso agua potable, un recurso accesible, abundante y de bajo costo. Sólo pongo algunos ejemplos de iniciativas que van en esta dirección: FREDsense, OneRain y SuntoWater. Muchos saludos.

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