Nuestras ciudades después de la pandemia: 10 puntos para el futuro.
Publicado por El Confidencial. Ver publicación original aquí.
Los cambios de paradigma de la ‘coronacrisis‘ obligarán a las ciudades a reinventarse, algo crucial para la generación de riqueza y bienestar, para el intercambio de ideas y el futuro de la democracia. Hace 160 años, un plan urbanístico español indicó el camino a seguir. Estos son los diez puntos a tener en cuenta:
1. La repercusión de la falta de turismo en las ciudades
Los rebrotes constantes de covid ponen en riesgo los patrones de vida social y muchos modelos de negocio en nuestras ciudades. Ante la ‘coronacrisis‘, llega el momento de reinventarse, como ya sucedió otras veces a lo largo de la historia. En la ‘Cadena SER’, Olga Viza y Frederic Vincent me preguntaron sobre el futuro de las ciudades y los cambios que se vislumbran a escala global. Un caso paradigmático es la dependencia del turismo. Si el anuncio del Gobierno británico de poner en cuarentena a los viajeros procedentes de España —sumado a las advertencias de los Gobiernos francés y alemán respecto a las visitas a Cataluña y otras regiones— han dado al traste con las expectativas del sector de poder salvar la temporada, las cifras de otros destinos turísticos de primer orden, como Austria, inciden en un problema de fondo, la falta de confianza de los ciudadanos a la hora de desplazarse y pernoctar en destino. El país alpino, con cifras de contagio menores que las de España, registra una bajada del 70% en las pernoctaciones respecto a 2019, con un descenso del 75% de visitantes extranjeros en las ciudades, también en Viena, como destacó la ORF.
El World Economic Forum ya auguraba una alta vulnerabilidad para la economía española, debido sobre todo al impacto de la pandemia en el turismo
Un reciente estudio del World Economic Forum y Statista sitúa a España como segundo país con una mayor vulnerabilidad económica debido al impacto del covid-19 en el turismo, por detrás de México y por delante de Italia. El analista de datos Felix Richter destaca la alta contribución de la industria turística y de viajes a la economía española, un 14,3% del PIB en 2019. Las cifras del World Travel & Tourism Council (WTTO) incluyen la aportación indirecta de los turistas a la economía. Un estudio de Caixabank elevó la cifra al 16% del PIB de 2017, en un ecosistema de 400.000 empresas que hasta ahora recibían más de 80 millones de visitantes anuales. Una parte importante de esa industria repercute en las ciudades. La líder en visitantes fue Barcelona, con casi 12 millones de viajeros en 2019, lo que se traduce en una situación de especial vulnerabilidad en el contexto actual. BBVA Research prevé que Baleares, Canarias, Andalucía y Cataluña sufran las mayores caídas de PIB, con especial incidencia en sus capitales. A lo que el WEF añade que el impacto del covid-19 en España e Italia será mayor debido a los altos niveles de deuda y desempleo ya existentes, muy superiores a la media de la OCDE.
2. ‘Rural Remote’: quien se lo pueda permitir, huirá de las ciudades
Desde el Gottlieb Duttweiler Institute (GDI) de Zúrich, la experta Marta Kwiatkowski Schenk incide en la ventaja de poder pasear disfrutando de la naturaleza durante un ‘lockdown’, ya sea en parques verdes, por jardines, por el bosque o por la playa. Desde muchas ciudades se produjo un éxodo hacia las segundas residencias en los inicios de la pandemia. El Confidencial reportó el caso de Madrid, donde la movilidad contribuyó a un aumento de contagios en otras Comunidades Autónomas, un fenómeno análogo al de otras urbes. La tendencia global ha sido el desplazamiento a lugares con menor densidad de población. El reto será comprobar si ello puede revertir en beneficios para el territorio a medio y largo plazo, especialmente en las regiones despobladas de la ‘España vacía’, habida a cuenta la necesidad de inversiones en infraestructuras y servicios en dichos territorios. Por el momento, los ganadores claros son los ‘hinterland’ residenciales de las ciudades, en contraposición a los ‘banlieues’ con altas densidades de población, focos de realidades sociales adversas. El abandono de las ciudades por parte de las clases medias es un fenómeno anterior a la pandemia, que ahora se podría acelerar.
3. La ciudad perderá importancia como lugar de compras y de oficinas
La frase es de Thomas Krüger, profesor de urbanismo de la HafenCity Universität Hamburg. «Grandes almacenes, centros comerciales y ejes comerciales tendrán problemas en el futuro«, afirma el académico en declaraciones a ‘Die Zeit’. Los mayores centros comerciales del mundo se encuentran en Dubái, la metrópoli global que centró su rápido crecimiento en el desarrollo urbanístico y que había previsto albergar la Expo 2020. En mayo, un reportaje del ‘Financial Times’ insistía en el impacto económico de la pandemia en su ecosistema. «Dubái contempla un futuro basado en el ‘downsizing’ y la reestructuración», resumían los autores. En España, un estudio de Deloitte incidía en el impacto del covid en el mercado inmobiliario, en edificios de oficinas y locales comerciales, haciendo hincapié en el sector de la restauración. Habrá que ver si después del covid, a una parte de la población le habrán pasado las ganas de ir de compras al centro de la ciudad. «Habrá más pandemias y la gente se volverá más prudente«, afirma el urbanista británico Charles Landry, en declaraciones a ‘Der Spiegel’.
El ‘Wall Street Journal’ ha avanzado la decisión de Google de «dejar a sus empleados en casa hasta el verano de 2021». También desde Facebook, Mark Zuckerberg se ha mostrado partidario del home office. En Alemania, el Ministro Federal de Trabajo, Hubertus Heil, quiere legislar el derecho al trabajo en casa. Más allá de las ventajas que ofrece en aspectos como la conciliación, el entorno tecnológico actual permite mantener la productividad, incluso incrementarla, incidiendo en importantes ahorros en real estate para las empresas. En España, las redes han aguantado bien el envite de un confinamiento muy duro, poniendo de manifiesto la calidad de la infraestructura de telecomunicaciones. Sin embargo, si solo tengo que ir a la oficina una vez a la semana es posible que ya no tenga un despacho, sino un pool de trabajo, es posible incluso que alquilemos un espacio ad hoc para reuniones. Por la misma razón, ya no iré con la misma frecuencia a tomar un café al bar de la esquina, ni a los restaurantes cercanos. Por la tarde, ya no iré tanto al centro comercial o a las tiendas que quedan cerca del trabajo, ni al gimnasio durante la pausa.
La Confederación de Comercio alemana HDE afirma que un tercio de todos los comercios no alimentarios del país podrían acabar bajando para siempre la persiana. El sector retail puede formar parte de la ‘oleada de quiebras’ que se espera para otoño, como vienen publicando últimamente medios como el ‘Handelsblatt’ o el ‘New York Times’. A lo que se añade la aceleración de la fuerte penetración del comercio online, que se ha convertido, en muchos casos, en un miembro más de la familia. Hasta ahora se han beneficiado de ello las grandes multinacionales, como Amazon, pero existe una ventana de oportunidad para los comercios de productos especializados y de calidad. También se vislumbran nuevas opciones para el comercio de proximidad en zonas residenciales verdes situadas a las afueras de la ciudad.
Llega el ‘urbanismo soft’, el siguiente paso de desarrollo, que es el urbanismo de lo virtual
4. La ciudad física, virtual y su gestión de los datos privados
El arquitecto y urbanista Markus Appenzeller va un paso más allá y habla de ‘soft urbanism’; un nuevo paso en el desarrollo, la planificación urbanística del mundo virtual del que forman parte empresas, espacios de reuniones y de trabajo, un creciente sinfín de actividades y también procesos administrativos y legales, que son el «sistema operativo de una ciudad». Se trata de planificar y regular la interacción entre lo virtual y lo físico, en un mundo en el que lo primero influye cada vez más en nuestro modo de comportarnos, movernos e interactuar en lo segundo. Porque, en definitiva, ¿qué es lo primero que hacemos al llegar a un sitio que no conocemos? Con frecuencia, buscamos por internet a dónde ir, nos dejamos llevar desde lo virtual.
La pandemia ha acelerado el proceso de digitalización a todos los niveles, y el uso de los datos digitales de los ciudadanos está siendo clave en las historias de éxito contra el virus de muchas ciudades asiáticas, que no han dudado en generalizar el uso de aplicaciones de trazabilidad y aislamiento domiciliario de personas contagiadas, con variaciones de modelo según el país. Hasta la fecha, Europa ha sido muy celosa de su concepto de protección de datos. Las apps que se ofrecen en distintos países son de carácter voluntario y garantizan la anonimidad, incluso desde arquitecturas descentralizadas y mediante software de código abierto, como en el caso de la Corona-App alemana. Sin embargo, los rebrotes en España ponen de manifiesto la necesidad de mejora de la trazabilidad. El debate va más allá, e incide en el mismo concepto de libertad individual, y en los daños a terceros que su ejercicio irresponsable puede conllevar, cuando el contagio evitable pone en peligro las vidas de otros.
5. Reinvención y reutilización de espacios para un relanzamiento económico
Es de prever que a la crisis económica la acompañará una crisis inmobiliaria, con bajadas de precios significativas y liberación de espacios que podrán ser reutilizados. Los expertos ponen en cuestión el modelo surgido después de la Segunda Guerra Mundial, de uso compartimentado de las ciudades: el centro para usos comerciales y de oficinas, la periferia para uso residencial, con prevalencia del coche como vehículo de transporte. Sin duda, este puede ser un buen momento para el sector de la rehabilitación de edificios, con criterios de sostenibilidad y eficiencia energética. Llega también la hora de ejecutar proyectos más ambiciosos. Hace unos días, el ‘Handelsblatt’ alababa la iniciativa Madrid Nuevo Norte, destacando su impulso a la economía en tiempos de ‘coronacrisis’.
6. ‘Safe mobility’
El GDI destaca que, ahora mismo, movilidad segura significa movilidad libre de contagios. El ‘NZZ’ suizo publicó recientemente un vídeo que cuestionaba la seguridad de los viajes de aerolínea comercial en tiempos de covid. Las dudas son en parte responsables de la escasez de turistas en toda Europa, pero también del auge del uso del vehículo privado en las grandes ciudades, con los problemas que esto conlleva. Es destacable la iniciativa ‘Paris en 15 minutes’ de la recién reelegida alcaldesa de origen español, Anne Hidalgo. En declaraciones a ‘Bloomberg’ del profesor de la Sorbona, Carlos Moreno, se trata de «situar todas las necesidades básicas de un ciudadano a un radio de 15 minutos de distancia», cambiando completamente los esquemas de movilidad de la ciudad. Más allá de Paris, por todas partes se da prioridad a peatones y bicicletas. Si no fuere porque no todo el mundo puede ir en bicicleta. Las sociedades occidentales están muy envejecidas, especialmente en países como España e Italia, y para muchos ciudadanos los nuevos esquemas de movilidad plantean un problema serio de accesibilidad. Serán necesarias más inversiones en un transporte público seguro, espacioso, accesible y de calidad, especialmente en aquellas ciudades con túneles y vestíbulos de metro antiguos, estrechos y llenos de escaleras.
Los Fondos europeos para el relanzamiento presentan también una oportunidad única para la implantación del vehículo eléctrico y de hidrógeno, no solamente en el ámbito privado, sino también en las flotas de reparto y en el sector logístico. Es de prever que la desconfianza frente a rebrotes y las previsiones de ahorro, ante la incertidumbre, incidirán en priorizar aquellos desplazamientos que sean realmente necesarios. A medio y largo plazo, se podría extender el uso de la mascarilla para personas con síntomas y para población de riesgo, como medida adicional de protección.
‘Wellness City’, la necesidad de transformar las calles y espacios públicos en lugares de deportes, juegos y bienestar ya es toda una realidad
7. ‘Fluid Public Space’, ‘Wellness City’
Viena fue una de las primeras ciudades en cerrar al tráfico tramos enteros de calles céntricas de la ciudad, para permitir la fluidez en el espacio público que fomentara el ‘social distancing’ de los vecinos en sus paseos durante el confinamiento. Milán, París, Nueva York o Barcelona siguieron el ejemplo. Marta Kwiatkowski Schenk habla de ‘Wellness City’; la transformación de calles y espacios públicos en lugares de deporte, juegos y bienestar. En Berlin-Kreuzberg hay calles en las que, cada miércoles, se puede volver a jugar a fútbol. En las calles de Barcelona, el asfalto ha aparecido pintado de cenefas de colores, a veces desconcertantes, que indican a los vecinos el nuevo uso del espacio. Durante el confinamiento, Madrid empezó a permitir que las terrazas de los bares y restaurantes ocuparan espacios antes destinados al aparcamiento de vehículos, una medida de éxito probado en Viena.
8. ‘The Green Wave’ en las ciudades
Cuando Kwiatkowski Schenk habla de ir más allá del ‘Urban Farming’, se refiere a los beneficios de todo tipo que tiene integrar la naturaleza y el verde a la ciudad. Parece acercarse el fin de las ‘plazas duras’ popularizadas por el alcalde Pasqual Maragall, o los interminables mares de tristes baldosas grises, por ejemplo en la barcelonesa Avenida Diagonal. Las ciudades verdes son más frescas y contribuyen a una mejor salud de sus habitantes, en lo físico y en lo mental. Singapur es una referencia mundial en el uso de edificios inteligentes para cultivos agrícolas en vertical, fomentando además el comercio de proximidad. Una nueva generación de rascacielos incluirá todo tipo de superficies verdes en balcones, terrazas y azoteas. Desde el CIDOB barcelonés, Hannah Abdullah habla de un relanzamiento sostenible de las ciudades europeas, una auténtica ‘oleada verde’ a rebufo del New European Green Deal de la Comisión Europea, protagonizada por los alcaldes de varias capitales, interesados en la idea del ‘building back better’, reconstruir mejor desde la experimentación urbanística.
Después de varias epidemias, Ildefons Cerdà creó en 1860 un Plan urbanístico con el objetivo de mejorar la salud de los ciudadanos barceloneses
En realidad, la idea no es nueva. Las ciudades ya cambiaron después de la peste y el cólera. El ‘Great Fire of London’, que devastó la capital inglesa en 1666, conllevó normativas contra incendios, calles más anchas y más distancia entre edificios. Las ideas de Georges Eugène Baron Haussmann convirtieron el vetusto Paris medieval en la atractiva ciudad de los ‘boulevards’ y la ‘grandeur’. En el siglo XX, Le Corbusier quiso construir la ciudad inspirándose en la geografía y el paisaje. Y antes que él, un ingeniero catalán, Ildefons Cerdà, consiguió que el Gobierno de España, en contra del criterio de sus conciudadanos, aprobara en 1860 su plan urbanístico del Eixample de Barcelona. La ciudad intramuros era muy insalubre. En años anteriores, había sufrido una epidemia de fiebre amarilla y tres epidemias de cólera. El Plan Cerdà, ampliamente ignorado en aspectos centrales de su ejecución, tenía como elemento esencial la mejora de la salud de los ciudadanos. Su lema era ‘ruralizar la ciudad y urbanizar el campo’, una frase que en 2020 cobra todo su vigor. De él han quedado las hileras de árboles en las calles cuadriculadas de la ciudad, de las más largas de Europa, en palabras de la catedrática de la ETS de Arquitectura de Barcelona, Maria Rubert.
Precisamente, el World Economic Forum destaca estos días la iniciativa Bosque Metropolitano incluida en el Plan Madrid 360º, el cinturón forestal de 74 kilómetros de longitud destinado a limpiar el aire de la ciudad, absorber carbono y refrescar la temperatura en el centro, mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos. Mientras vencemos al coronavirus, seguiremos ante el reto mayúsculo de hacer frente a las consecuencias del cambio climático. Llegado el verano, las masivas inundaciones en China, junto a la ola de incendios forestales en Siberia, o en Portugal, nos lo han vuelto a recordar.
9. La ciudad como ágora y espacio esencial de socialización
En un 2020 de ‘distancia social’, las tecnologías han demostrado que casi todo se puede hacer en modo virtual. Se oyen palabros como ‘cocooning’ o ‘nombre dado a la tendencia de que el individuo socialice cada vez menos y se vaya retirando a su hogar, que convierte en su fortaleza’. Sin embargo, la suma de aislamiento y uso extensivo de redes sociales contribuye a una mayor polarización, radicalización y tendencia al extremismo, como resaltan estudios de las universidades de Berkeley y Harvard.
La clave para rescatar a las ciudades no estará en la pandemia, sino en el buen gobierno de las mismas
La ciudad, desde sus orígenes, ha sido centro de civilización, ágora y fórum que permite el intercambio de ideas, el desarrollo de la vida cultural y de las artes, así como los avances científicos y tecnológicos, de pensamiento, políticos y sociales. Hoy en día, las ciudades son esenciales para definir nuestros sistemas de Gobierno, nuestros Estados de derecho y nuestras sociedades democráticas. Además, las ciudades y sus áreas metropolitanas albergan a la amplia mayoría del tejido empresarial de nuestros países y concentran la generación de riqueza y PIB, como destaca la experta geógrafa Mireia Belil. En definitiva, las ciudades son esenciales para nuestra civilización y nuestra forma de entender el mundo. También contribuyen al pensamiento global y multilateral, esencial para hacer frente a los retos globales de nuestro tiempo. Sin las ciudades no existirían las Naciones Unidas, las cumbres para negociaciones de paz o para solucionar conflictos de todo tipo, los Juegos Olímpicos, las grandes infraestructuras culturales, los distintos foros de diálogo global que permiten que las personas, a todos los niveles, interaccionen entre ellas y busquen soluciones a los problemas comunes. Los movimientos a favor de los derechos de las mujeres, de las personas de color, de los colectivos LGTBI, de las minorías, de los discapacitados, se iniciaron también en las ciudades.
10. La clave no es la pandemia, sino el buen gobierno
Desde el Thomas Mann House de Berlin lo resumen de la siguiente forma: «Así como los bolardos y los bloques de hormigón pueden proteger contra ataques terroristas, se pueden planificar ciudades que sean resistentes a los virus«. Las metrópolis siempre se han reinventado y la urbanización ha continuado a través de la historia, como indica el urbanista y economista de Harvard Edward Glaeser en su libro ‘Triumph of the City’.
También habló de su pasión por las ciudades Fareed Zakaria en ‘CNN’. Los éxitos cosechados en varias capitales asiáticas como Singapur, Seúl, Tokio, Taipéi, Hong Kong, Macao y muchas más, grandes metrópolis con densidades de población más altas que las europeas, ponen de manifiesto un aspecto clave para derrotar al virus, la buena gestión. Cuando su ciudad querida empezaba a salir del confinamiento, el experto periodista afirmó que «si Nueva York se hunde, no será por la pandemia, sino por el mal gobierno«. Felizmente, en el momento de escribir este artículo, la gran urbe parece tener al virus en jaque.
Sin duda, hay futuro para nuestras ciudades.