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La importancia del espacio público

La importancia del espacio público

Por Federico de Arteaga. Ex Director Grupo JB-Cuervo. Experto en Ciudades, Destinos Inteligentes, en Responsabilidad Social y Sostenibilidad.

«Fragmentos del Libro Tequila Inteligente, relato de su experiencia como Ciudad y Destino Inteligente.»

La vida, el espacio y los edificios, en ese orden.
Jan Gehl

La democracia la inventó gente que paseaba por la calle, iba al mercado, se sentaba a discutir en las plazas de las ciudades griegas. La democracia y la ciudad son la una el espejo de la otra porque las dos consisten en el uso libre y conflictivo, pero nunca violento, del espacio público, que es el lugar de encuentro entre los intereses y los empeños de cada uno y los valores comunes a todos.
Antonio Muñoz Molina

La inteligencia en las ciudades pasa por un uso para la gente del espacio público. Máxime si es una ciudad turística. La lógica convencional entiende que, si hay muchos autos en el Centro Histórico, es porque llegan turistas, pero esa sobrecarga lleva implícito contaminación ambiental, auditiva, estética, de todo tipo. La necesidad de brindar un espacio público peatonalizando, definiendo un sistema de estacionamientos satélites, utilizando los mapas de calor, hará que el turista conozca, camine, compre y genere beneficios para toda la población.

¿Cómo se puede no saturar el Centro Histórico?

Existe un cúmulo de experiencias a nivel internacional. Jan Gehl, en su libro Ciudades para la gente, expresa que «poner las necesidades de la gente que usa y vive en las ciudades por delante de todo, es una tarea primordial
de cara al futuro». Tequila es un Pueblo Mágico que cada vez está contando con más atractivos y servicios, lo que hace que se aliente a los residentes y a los turistas a caminar, pero la saturación en los fines de semana está atentando contra esa posibilidad. Hay muchas formas de hacerlo, el tema central es contar con la voluntad política.

Como ejemplo, Londres puso en funcionamiento un sistema de tarifas para los vehículos que quisieran entrar al centro de la ciudad, un «arancel a la congestión»; el resultado fue una drástica reducción del tráfico y un aumento en la recaudación por parte de la ciudad. Asimismo, requiere que, para comunicarse, la gente tenga un mínimo espacio donde se sienta cómoda y segura.

Una zona de estacionamientos de 20 o 30 autos ocupa la misma superficie que una pequeña plaza y la dinámica que generan es totalmente diferente. A esto deben sumarse los temas de accesibilidad y de inclusión, donde el espacio público es determinante. Y como es analizado por Hall, «la gente camina de plaza a plaza, de atractivo a atractivo».

Expresa Gehl: «un modelo paradigmático de lo que es la dimensión humana es Venecia; lo tiene todo: una densa estructura urbana, distancia corta a recorrer, espacios magníficos, un alto grado de uso mixto, locales llenos de actividad abiertos a la calle, una arquitectura de alto nivel y detalle, todo resuelto a una escala humana, a nivel del
hombre». El espacio público, como se dijo antes, juega un importante rol en el bienestar de los habitantes y visitantes de una ciudad. Ofrece la posibilidad de participar en la vida pública, independientemente de ingresos económicos, edad, procedencia, sexo u origen, por lo tanto, mejora la calidad de vida en general y favorece las condiciones de sostenibilidad de cualquier destino turístico. Sin embargo, la apropiación del mismo refleja las condiciones de participación, integración, exclusión, dominio y conflictos entre los diversos grupos sociales que lo utilizan.

Tequila va a competir como destino turístico-cultural con una oferta nacional muy robusta; se posiciona como Pueblo Mágico, pero indudablemente se alinea también con los sitios mexicanos considerados Patrimonio Cultural de la Humanidad, por ello es indispensable comparar contra esta oferta, en función de la escala, las actividades, la presencia de activos turísticos y la cantidad y calidad de espacio público central. El uso del espacio público actual en Tequila puede resultar conflictivo para el desarrollo de actividades turísticas y culturales; por una parte, la fuerte apropiación social los satura y la baja capacidad institucional de las autoridades locales impide una buena gestión.

Adicionalmente, la limitada superficie presentará en corto plazo problemas serios de congestionamiento peatonal, reduciendo la capacidad de servicio, presentando conflictos de todo tipo entre los usuarios, residentes y visitantes.

El espacio público central mejora la vida de los residentes y visitantes porque promueve las relaciones sociales, articula los movimientos peatonales, aloja los edificios emblemáticos, enfatiza el paisaje cultural y patrimonial y, finalmente, contribuye al despliegue de actividades económicas.

El espacio público es el lugar que todos tenemos derecho a utilizar y circular sin mayores restricciones que los controles normativos, sociales y físicos, temporales o permanentes, impuestos para ordenar la convivencia, promover la interacción social y crear sentido de comunidad. Incluye espacios como plazas, jardines, plazuelas, mercados, portales, zonas peatonales, banquetas y calles.

El espacio público central mejora la vida de los residentes y visitantes porque promueve las relaciones sociales, articula los movimientos peatonales, aloja los edificios emblemáticos, enfatiza el paisaje cultural y patrimonial y finalmente contribuye al despliegue de actividades económicas. Por tanto, es vital monitorear su uso, sus funciones, sus capacidades y su adecuado mantenimiento para asegurar la sostenibilidad y compatibilidad con los objetivos de crecimiento demográfico y prever los impactos del crecimiento turístico.

Además de otros beneficios reconocidos de los espacios públicos, en su variante de zonas verdes contribuyen como factores de disminución de temperatura, mejoramiento de la calidad del aire y enriquecimiento del paisaje cultural. El manejo atinado de políticas y proyectos debe contribuir a aumentar la cantidad y calidad del mismo y plantear, en primer término, el poder contar con suficiente superficie para desarrollar las funciones básicas y consecuentemente dar prioridad al mejoramiento del indicador correspondiente, que en la práctica es la proporción en función del espacio privado y la cantidad de superficie de espacio público por habitante.

Existe, por tanto, la necesidad de crear más espacio público en el centro; a su vez, corrobora que esto responde a exigencias concretas, tanto sociales como culturales, pero que al mismo tiempo tiene un grado de factibilidad técnica y económica para llevarlo a cabo.

Los objetivos son:

  • Incrementar la cantidad de espacio público, en especial plazas, que permitan reforzar la capacidad de manejo de personas, usos de suelo y actividades urbanas del entorno central de Tequila, creando un nuevo sentido de identidad.
  • Crear un esquema de financiamiento que, mediante la intensificación de los usos y densidades, permita liberar áreas para convertirlas en espacio público integrado a nuevos desarrollos.
  • Desarrollar una red de enlaces peatonales entre los espacios públicos actuales y propuestos para reorientar la actividad económica central hacia la cadena productiva turístico-cultural.
  • Reorientar la localización de estacionamientos para evitar el cruce y tráfico hacia el centro.
  • En cuanto al transporte público, se propone crear una nueva red que lo redistribuya a distancia razonable del centro para el movimiento peatonal y de bicicletas.

Por tanto, en Tequila deben darse este análisis y esta lógica, ya que el espacio público y la peatonalización son una fuente de convivencia, de civilidad y de posibilidades de conocer, caminar, comprar y disfrutar la ciudad.

Muchas veces al analizar a Tequila en forma holística y a largo plazo, se ha cuestionado si hay espacio para este tipo de ciudades en el concierto de las Smart Cities. Evidentemente, llama la atención que Tequila lidere esta iniciativa y que como early adopter esté transitando una curva de aprendizaje empinada, pero es necesario tener claro cómo pueden jugar este tipo de ciudades para no perder identidad y no estar fuera de la realidad.

En este sentido, hay que reflexionar sobre el espacio al que pueden aspirar ciudades como Tequila en el mundo de Ciudades Inteligentes.

 

 

 

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