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Tequila: un liderazgo único

Tequila: un liderazgo único

sergio

En Tequila Inteligente pudimos conversar con Sergio Severo, Vicepresidente y Gerente General de Servicios Públicos (SAP LAC). Está enfocado en impulsar un crecimiento significativo en las organizaciones del sector público en la región. Sergio se unió a SAP en julio de 2015, procedente de Hewlett- Packard, donde construyó más de 25 años de carrera en tecnología en ventas, incluyendo su rol anterior como Vicepresidente de Ventas y Operaciones Globales de Software.

Usted, como intérprete de realidades y buscador de tendencias, ¿qué ha encontrado en este libro que lo haga reflexionar sobre el futuro de las Smart Cities y en particular de Tequila?

El ADN de ciudades mágicas en el sentido amplio, como Tequila, es su historia, su tradición, una geografía única y su gente. Pero la magia está en su vigencia más allá del tiempo, evolucionando y generando nuevas formas de funcionar como organismo vivo. Existe desde hace tiempo la tecnología para hacer una Ciudad Inteligente y, por supuesto, hay que comenzar dotándola de la infraestructura básica para que comience el proceso a funcionar. Lo interesante es hacerla que siga evolucionando mediante la innovación y con identidad propia. Tequila continuará su evolución como Ciudad Inteligente si logra combinar los elementos estándares de Ciudades Inteligentes con sus características únicas, innovando y recreándose.


¿Qué es para usted una Ciudad Inteligente fuera de las definiciones?

Que posee «inteligencia», cuya definición es, según el diccionario: «Facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad». Entonces, una Ciudad Inteligente debe poseer la facultad de aprender, entender, razonar y tomar decisiones al formarse una idea de la realidad, y mediante la innovación puede cambiar esa realidad introduciendo novedades. Aún más allá, esto se debe realizar en forma orgánica, donde todos los componentes de la ciudad (Gobierno, empresas, ciudadanos, información, etc.) participen de ese proceso de cambiar para mejorar, introduciendo novedades y utilizando el proceso de inteligencia.


¿Qué rol juegan el hecho de tener técnicos en una Smart City? Si usted tuviera que decidir un equipo para que la gestionara, ¿qué capacidades y profesiones pondría? ¿Filósofos, diseñadores, matemáticos? ¿Agrónomos, ingenieros, artesanos?

Los equipos que han comenzado con el concepto de Smart Cities en el mundo son multidisciplinarios, diversos, y por lo general comienzan creando una solución a un problema específico. La diversidad del equipo permite la evolución del sistema y facilita la innovación por contar con múltiples puntos de vista y ángulos de análisis. Es una actividad creativa, virtuosa, alimentada por la naturaleza humana de a la vez controlar y crear. Por supuesto que se necesitan técnicos e ingenieros para dotar al tejido de la cuidad de capacidades funcionales como: comunicaciones, información en tiempo real, capacidad de actuar y aprender, entre otras; pero también es necesario abrir la mente e imaginar la evolución de la ciudad arquitectónicamente, humanamente, y permitir a los actores de la ciudad su aporte creativo y activo.


Los jóvenes, comandando estos Think Tan, ¿qué rol jugarían en su lógica?

Sin dudas que el comando de los Think Tank debe estar del lado de las nuevas generaciones, no solo por tener una concepción completa del mundo tecnológico, sino porque serán los herederos de las ciudades que estamos construyendo. Para dar orden al proceso, las oficinas de transformación deben ayudar a catalizar las ideas y priorizarlas, haciendo posibles los proyectos. Ambas funciones son necesarias.


¿Cómo hacer para que estos proyectos sean sostenibles económica, social y ambientalmente? Usted sabe que los proyectos Smart en todo el mundo están financiados por el sector público y son subsidiados in eternum. ¿Cómo hacer que el sector privado se interese en participar? ¿Cuáles son los modelos de negocio y la monetización posible de los datos para que sean inversiones rentables y no «mini Titanics»?

La función de los gobiernos es proteger a sus ciudadanos, proveer de servicios y promover la prosperidad. Son las 4P mágicas de la función pública. Sin embargo, un Gobierno debe ser inteligente si quiere promover una Ciudad Inteligente. La primera conclusión es que el Gobierno es un componente imprescindible, mas no el único del sistema de Ciudades Inteligentes. Para alcanzar la evolución permanente, el sistema debe resonar a una frecuencia donde todos sus componentes ganen y crezcan en todo sentido. Existen múltiples formas de financiar proyectos de Ciudades Inteligentes; los más exitosos se pagan prácticamente de inmediato. Los proyectos exitosos también logran en el mediano y largo plazo financiarse de muchas formas como: operación pública rentable, en asociaciones público-privadas, generación de empresas sin fines de lucro sustentables, en concesiones a riesgo, etc.


Denos su Top of Mind de una ciudad que esté haciendo las cosas con inteligencia. ¿Qué proyectos y que institucionalidad se ha dado esa ciudad para ser inteligente?

La ciudad de Buzios, en Brasil, es uno de los centros turísticos más importantes de Sudamérica, con una ubicación privilegiada en el Estado de Río de Janeiro. Es uno de los destinos favoritos de más de un millón de visitantes locales e internacionales. La ciudad cuenta con una población estable que raramente supera los 100.000 habitantes y cuando llega el verano, el aumento súbito de visitantes pone a prueba toda la infraestructura. Particularmente, la provisión de agua potable constituye un desafío por el aumento del consumo y lo irregular de este a lo largo del día. Durante la tarde, por ejemplo, cuando los turistas regresan de la playa y se bañan para salir a cenar, el pico de consumo de agua supera varias veces la capacidad instalada.

Sería económicamente inviable dotar a la infraestructura de provisión de agua potable de más cañerías y bombas, dimensionándola para el pico de la demanda. Por otra parte, aumentar la potencia de bombeo pone en peligro la infraestructura, con riesgo de sobrecarga en las bombas, fisuras en cañerías y estrés en válvulas de contención.

Hay que dotar a esta ciudad de la inteligencia necesaria para entender lo que sucede, razonar y tomar decisiones al respecto y mediante la idea actual de la realidad, cambiarla introduciendo novedades. La «máquina» de proveer agua no solo se podría adaptar inteligentemente, debe aprender y tomar datos, tanto del propio sistema de aguas como de todo el ambiente, para evolucionar su solución al problema planteado.

Primer paso: sincronizar las bombas, de forma de hacer que varias trabajen en forma sincronizada y automática —la operación manual causa gran parte de los retrasos—. Por otra parte, utilización de otras fuentes de alimentación de agua al unísono, de varios lagos en lugar de los tradicionales y en secuencia, lo que permitirá darle más caudal de agua a la ciudad. La solución se encuentra entendiendo el problema y dotando a la ciudad de la inteligencia para leer la realidad y reaccionar, adecuando el sistema para solucionarlo.

Otro ejemplo es el sistema de prevención de inundaciones de la Ciudad de Buenos Aires; simplemente con sensores de velocidad del agua y niveles de drenaje se han evitado los problemas del pasado. Y el mismo concepto de medir, aprender, actuar, lo aplican también en Buenos Aires con la iluminación inteligente, que hace la ciudad más segura y eficiente.


¿Cómo incorporamos el tema de innovación al esquema de Ciudad Inteligente?

Innovar es, según el diccionario, cambiar las cosas introduciendo novedades. ¿Y la innovación? Bueno, ya tenemos una Ciudad Inteligente leyendo la realidad y solucionando un problema dinámicamente… Ahora podemos dotarla de capacidad de innovación. ¿Qué pasaría si cuando los turistas vayan llegando podemos ir midiendo el tráfico de autos y estimar cuantas personas van ingresando y saliendo a la ciudad para comenzar a adaptar el sistema de aguas a las fluctuaciones de la población?

Existe desde hace tiempo la tecnología para construir la Ciudad Inteligente; lo interesante es hacerla «dinámicamente inteligente», que siga evolucionando mediante la innovación. Elementos de innovación recientes, como AI (Artificial Intelligence), machine learning, augmented reality, blockchain, agregados a los ya tradicionales de movilidad, social media, real time computing1 y big data, permiten que la inteligencia de las ciudades siga evolucionando.

Volviendo al caso de abastecimiento de agua, se puede dotar al sistema de capacidad de aprender (machine learning) y de reaccionar en forma inteligente, concatenando sucesos y datos en tiempo real (Artificial Intelligence). También se le puede dar seguridad en transacciones necesarias en la Red (blockchain) y, mediante análisis de los bancos de big data, implementar un sistema de mantenimiento preventivo y productivo (machine learning de nuevo). Aún más: se podría dotar a los operadores de las plantas de bombeo de sistemas de realidad aumentada, donde puedan ver los mapas de mantenimiento de los equipos y, cuando el sistema les avise de una falla, mediante dispositivos de visualización, resaltar los elementos de falla para ser reparados o cambiados. O más interesante: poder combinar el flujo de turistas en Tequila con el abastecimiento de servicios, manejar parking y trafico dinámicamente, en momentos pico.

En el futuro, esos turistas podrían experimentar la ciudad desde otras partes del mundo y ser parte de la comunidad de Tequila, no solo por ser parte de un blog o mediante tweets; podrían estar viendo, caminando e interactuando con los componentes de la ciudad en tiempo real y la ciudad estaría inteligentemente ofreciéndoles una experiencia adecuada, a la medida, mientras aprende también de ellos. Y Tequila podría estar colaborando en tiempo real con otras ciudades, solucionando problemas que se planteen y haciendo que existan soluciones documentadas y operando en otros lados.


Usted ha afirmado que «la tecnología es la Ciudad Inteligente y la Ciudad Inteligente es su tecnología», lo que da una percepción de campamento tecnológico y que con eso se soluciona todo; y en otro momento ha afirmado que «la solución se encuentra entendiendo el problema y dotando a la ciudad de la inteligencia para leer la realidad y reaccionar adecuando el sistema para solucionarlo». ¿Cómo se compatibilizan estas dos visiones?

Son visiones complementarias o más bien, la misma. La tecnología soluciona un problema; el ser inteligente, por su parte, se vale de toda la tecnología disponible y la adapta para solucionar los problemas de forma eficiente. Entonces, nuestro approach de Smart Cities debe dejar de poner la tecnología como una simple herramienta: la tecnología es la Ciudad Inteligente y la Ciudad Inteligente es su tecnología; es la forma que se construye una Ciudad Inteligente: no son ladrillos ni paredes, es un ente vivo donde los órganos y componentes somos los gobiernos, las empresas, los ciudadanos y el tejido que nos une; la sangre de la ciudad es la forma en que aprovechamos estas tecnologías.


Los modelos de negocio en Smart Cities han sido un tema que no ha evolucionado como debería, ya que los ayuntamientos y gobiernos cuentan con subsidios y lo mantienen en ciertos casos cobrando el servicio a través de tarifas o impuestos. ¿Cómo ve usted esta evolución?

Una de las 4P esencial de la función pública es proveer servicios. Nuevamente, el modelo debe ser inteligente y buscar la eficiencia. Los subsidios de proyectos de Smart Cities tienen sentido cuando se trata de un servicio esencial, por ejemplo: ¿Cuánto vale que la ciudad no se inunde? ¿Cuánto vale que haya más seguridad? Esos son servicios esenciales, pero siempre hay que buscar el mecanismo para que el Estado no crezca por estos proyectos; al contrario, que los integre al tejido social en las soluciones tanto operativa como financieramente.


Otro tema «dejado» para una tercera etapa es la prevención. Uno de los puntos principales en un municipio como Tequila es que «no se puede equivocar» en sus decisiones clave, en tema de open source, obsolescencia tecnológica, costos de licencias, mantenimiento y demás temas que usted conoce. ¿Cómo ve usted el tema prevención en amplio sentido? ¿Cuál es el futuro de las «Smart Tequilas»? ¿Cómo se deben posicionar y dónde no se pueden equivocar?

Tequila no se debe equivocar en tratar de inventar la rueda y explotar lo que es único en la ciudad y sus componentes. Si bien hay que tener cuidado en invertir en estándares, aquí la sumatoria de las partes estándares solo producen una Ciudad Inteligente cuando se aplica la tecnología innovando. Es necesario construir una fundación tecnológica sólida en cuanto a estándares, escalable y flexible, de forma de poder modelarla con el tiempo. Tomando lo mejor de lo existente en tecnología y contando con ayuda para hacer las ideas realidad, suena como una fórmula de éxito a largo plazo. En los ejemplos de Buenos Aires y Buzios, las tecnologías empleadas son fundamentales para la solución, pero es la capacidad de innovar de las ciudades, de aprovechar el estándar y construir algo nuevo lo que las hace más Inteligentes.

Una Ciudad Inteligente es el sueño de los ingenieros, arquitectos, artistas y todo aquel que toma la materia prima y la convierte en algo único. Por otra parte, ¿qué impide a Tequila aprovechar las experiencias de otras ciudades e inclusive establecer acuerdos de colaboración con otras Ciudades Inteligentes? Me parece muy interesante el concepto de células de Ciudades Inteligentes, entrelazadas e inclusive con cierta especialización en solucionar problemas y colaborar con otras.


Para terminar, en el año 2040, si tuviera que imaginarse Tequila Inteligente, ¿qué le diría a los actuales gestores?

En 2040 Tequila deberá ser el ejemplo a nivel mundial de cómo la diversidad social, la rica historia, la ingeniería, la situación geográfica y la tradición cultural, en fin, la armonía de sus elementos, se combinaron para generar un sistema de Ciudad Inteligente y Sustentable. Y en esa época veo a Tequila formando parte de un entramado de Ciudades Inteligentes, liderando en algunas especialidades que desarrollará por su situación única y haciendo que la experiencia de sus ciudadanos sea global. Tequila debería ser en 2040 un lugar mágico, pero real, en la urbanización y vida citadina.

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