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La respuesta es “No”

La respuesta es “No”

Publicado por Mexico Business News. Ver publicación original aquí. Por Dr. Federico de Arteaga. Líder del Proyecto Destino Turístico Inteligente Tequila y Vicepresidente de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de Iberoamérica.

A menudo me preguntan si el Tequila ha cambiado su estrategia debido a la pandemia. Y la respuesta es no. Un sistema complejo, como una ciudad, un destino turístico, no puede cambiar su estrategia debido a una variable adversa. Es necesario tratarlo como tal y permitir que el sistema madure, se autorregule y busque posibles soluciones dentro de sí mismo.

Obviamente, hay grados. Una pandemia que dura uno o dos años no es lo mismo que un huracán o una sequía. Las ciudades reaccionan al principio, pero a medida que pasa el tiempo, tienen que generar nuevas competencias.

¿Cuáles son algunas de las herramientas disponibles?

Modelos de prevención, modelos de negocios, conciencia ciudadana, resiliencia y gestión de riesgos.

Se habla mucho sobre la resiliencia; según la OCDE, las ciudades resilientes son aquellas que tienen la capacidad de absorber, recuperarse y prepararse para futuros impactos (económicos, ambientales, sociales e institucionales); pero no se habla lo suficiente sobre la gestión de riesgos, la prevención y el papel de los ciudadanos.

En un sistema, los subsistemas son importantes, pero sin los demás no hay un enfoque holístico.

¿Qué ha hecho Tequila para fortalecer su sistema?

Tequila ha implementado la complejidad de manera sistémica:

  1. Prevención a través del uso de tecnología, digitalización, información y capacidad de carga del destino;
  2. La necesidad de resiliencia en todas sus formas —humana, política, funcional, cultural y natural—;
  3. Gobernanza efectiva, donde el gobierno asigna recursos, ejerce su voluntad política y su autoridad;
  4. Modelos de negocios donde se genera coprosperidad, donde la inversión sigue existiendo;
  5. Ciudadanía, con libertad individual, respeto de regulaciones, vacunación, mantenimiento de una distancia saludable y logro de cohesión social ante la adversidad;
  6. Y sostenibilidad, dimensionando la huella de carbono, apostando por la educación y buscando hacer crecer su producto interno bruto.

Otras variables han sido tenidas en cuenta en el sistema, diferenciando entre saber hacer y saber qué, el uso del verdadero poder de la gente en su propio destino, la mejora de la conectividad para reducir la brecha digital, certificaciones en seguridad, sostenibilidad, huella de carbono libre, información en tiempo real para una mejor gestión, el equilibrio turista/residente acompañado de una gestión del territorio; todo en un sistema de colaboración y redes de conocimiento. Este tipo de sistema también tiene grados de libertad y cuanto más complejos se vuelven, más grados de libertad tienen.

En realidad, ¿qué ha sucedido en los meses de pandemia?

I) El territorio se reduce

II) Los negocios cierran

III) Se utiliza más la conectividad

IV) Se reduce la huella de carbono

V) La alarma social aumenta

VI) Cambios en el tipo de interacciones

VII) Las redes sociales proporcionan información asimétrica

VIII) La incertidumbre es la norma

IX) La sociedad busca referentes.

¿Cuáles han sido las lecciones aprendidas?

  • Utilizar la tecnología para evaluar riesgos: Realizar estudios utilizando tecnología para apoyar a los gobiernos en el establecimiento de estándares de seguridad.
  • Incorporar el territorio en el análisis y la toma de decisiones: Las ciudades deberán actualizar constantemente su análisis urbano para identificar los espacios urbanos más vulnerables y gestionarlos.
  • Fomentar el uso de información confiable: Establecer sistemas de información local y acceder a datos en tiempo real.
  • Planificar programas de control flexibles: La gestión de riesgos debe poder adaptarse a los requisitos y especificaciones a medida que maduran eventos complejos.
  • La complejidad debe ser aprendida: Los problemas se han vuelto complejos, no complicados, y la complejidad debe ser aprendida para ser gestionada.
  • Pensar en términos regionales: Los problemas no comienzan y terminan en los límites municipales.
  • Diseñar modelos de prevención: Las ciudades deben contar con simulaciones de escenarios y protocolos de emergencia claros, monitoreo constante y respuesta temprana; no pueden simplemente reaccionar.
  • Invertir en infraestructura tecnológica: La digitalización y la conectividad han sido clave para que la actividad económica y social mantenga cierto nivel de resiliencia.
  • Analizar los flujos turísticos y de residentes: Utilizar análisis urbanos para estimar la capacidad de carga máxima del espacio público con restricciones adecuadas.
  • Invitar a todos los actores a colaborar para una mejor gobernanza: Todos los interesados deben trabajar en colaboración para comprender y actuar adecuadamente sobre los fenómenos que enfrenta la ciudad.

Muchas de las decisiones que han tenido que tomarse durante este tiempo han estado marcadas con señales rojas durante mucho tiempo, pero no queríamos verlas ni enfrentarlas. No esperemos otra pandemia, sea como sea, para tomar las decisiones que deben tomarse, y una de ellas es entender la complejidad en su totalidad.

 

 

 

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