Select Page

Reconocer la complejidad en las ciudades.

Reconocer la complejidad en las ciudades.

Publicado por Mexico Business News. Ver publicación original aquí. Por Dr. Federico de Arteaga. Líder del Proyecto Destino Turístico Inteligente Tequila y Vicepresidente de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de Iberoamérica.

Las ciudades han sido clasificadas, dependiendo de su personalidad y rasgos particulares, como inteligentes, felices, digitales, rebeldes, creativas o rápidas. Al final, lo que todas son es complejas.

El tema del siglo XXI, según Stephen Hawking, es la complejidad. Para Shlomo Angel, profesor de Planificación Urbana en el destacado Instituto Marron de la Universidad de Nueva York, este siglo es en sí mismo un “planeta de ciudades”.[1]

La complejidad, entonces, se instala a través de “sistemas, con una visión multidisciplinaria para la comprensión y gestión de procesos no lineales en la naturaleza y la sociedad”[2].

Philip Kotler lo expresa claramente en relación con nuestro tema: “una ciudad tiene que desarrollar no solo una vida social alternativa, sino también una vida económica y un futuro sólido. Cada ciudad tiene su propio Producto Interno Bruto (PIB) y la suposición es que, si el PIB está creciendo dinámicamente, la ciudad está generando nuevos empleos y sus ciudadanos están prosperando”.[3]

Las ciudades tienen una tasa de crecimiento más alta que sus respectivos países. Cada vez más, los países son beneficiarios del crecimiento urbano. Entre 2010 y 2015, el crecimiento promedio del PIB en las ciudades fue del 90 por ciento y se estima que entre 2015 y 2025, el crecimiento será del 56 por ciento. En términos de países, en esos mismos años, las tasas de crecimiento promedio son del 24 por ciento, con una expectativa del 36 por ciento para 2025.

La siguiente infografía muestra los componentes que convergen, se organizan y se autoorganizan en una ciudad, ya que las ciudades son un sistema dinámico y simultáneo donde se gestionan elementos intrínsecos, contextuales y extrínsecos.

[1] Planet of cities. Angel, S. (2015).

[2]   Epistemology of Complexity. Innerarity, D. (2020).

[3]   Marketing of Cities. Kotler. P and M. (2016).

Una ciudad es una red y un centro; tiene una vocación, una infraestructura física y digital. Genera economías de escala y es un espacio de convivencia. Es parte de un grupo que gestiona inteligencia tecnológica y no tecnológica, tiene una huella de carbono y es sostenible. Está en un territorio y también es un lugar donde convergen flujos de capital, tecnología y personas, donde se ejerce el poder y la gobernanza. Está inmersa en una cultura y tiene una marca. En una ciudad, se busca la prosperidad, la vida en sociedad, el conocimiento, la seguridad y las oportunidades equitativas. Y por su propia naturaleza sistémica, genera diferentes impactos positivos y negativos, según su gestión.

Un ejemplo: la ciudad de Tequila. Como Destino Turístico Inteligente, Tequila ha conceptualizado su estrategia basada en la complejidad. Ha promovido simultáneamente la gobernanza, el big data, la trazabilidad, la movilidad, la conectividad, la planificación territorial y la sostenibilidad, lo que le ha permitido madurar diferencialmente y lograr resultados significativos y una variedad de impactos, año tras año.

Si algo ha quedado claro con esta pandemia, es que no sabemos cómo gestionar la complejidad y que los problemas interrelacionados con diferentes impactos no solo son diferentes de sus componentes, sino otro animal por completo. Como dice el autor Matthew E. May, “Los asiáticos vieron una jungla que resultó tener un elefante. Pero los estadounidenses vieron un elefante sin prestar mucha atención a la jungla (…) tenemos que centrarnos en la jungla que resulta tener elefantes en ella, en lugar de examinar elefantes de cualquier tipo particular”. [1]

No estábamos preparados, en un mundo lineal y secuencial de certezas y búsqueda de progreso en un planeta seguro, para los desafíos que estábamos a punto de enfrentar. El enfoque, ahora, necesita ser completamente diferente en un contexto de cambio climático, simultaneidad, exponencialidad, sostenibilidad y responsabilidad social. En resumen: en un contexto de complejidad.

Ya no hay un hilo de Ariadna para sacarnos del problema.

En su lugar, hay cada vez más minotauros imprevistos que nos acechan en cada esquina.

 

[1] In Pursuit of Elegance.May. M. (2010)

 

 

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *